El gobierno alzireño exige la dimisión del portavoz de Vox por su “conducta inapropiada”

El portavoz del partido ultraderechista, Ricardo Belda, pide disculpas por su “inapropiado comportamiento” pero se niega a entregar el acta

PP y Ciudadanos arropan al edil de Vox al votar en contra de la propuesta que había planteado UCIN

El concejal y portavoz de Vox en Alzira Ricardo Belda

El concejal y portavoz de Vox en Alzira Ricardo Belda / Agustí Perales Iborra

A. C.

El gobierno alzireño ha cerrado filas para reclamar la dimisión del portavoz de Vox, Ricardo Belda, por el desagradable incidente que protagonizó durante los días de Fallas con la intención de colar a su familia en el balcón de autoridades e invitados institucionales que se monta en la avenida Sants Patrons para presenciar la mascletà. Belda llegó a admitir durante el pleno municipal desarrollado a última hora de la tarde de ayer que su conducta fue “inadecuada” y reclamó disculpas a “las cuatro personas” que consideraba ofendidas, pero tanto UCIN como Compromís y el PSPV valoraron que su arrepentimiento era insuficiente ante las continuas faltas de respeto que protagoniza desde que se convirtió en concejal. El PP y Ciudadanos, en cambio, optaron por arropar a Belda al votar en contra.

Belda llegó hace cinco años a la corporación municipal alzireña con ánimo de hacerse oír y nadie puede negar que lo ha conseguido con un verbo encendido que ha llenado el hemiciclo de palabras gruesas e hipérboles. Su actitud y el tono desafiante que emplea tampoco agradó mucho a un sector de Vox que consiguió arrinconarle, pero un repentino cambio en los equilibrios internos del partido ultraderechista le otorgó una segunda vida que abrió una brecha irreparable en el colectivo con la salida en bloque de sus detractores. Muchos de ellos pasaron a engrosar las filas de UCIN. Esa escisión, sin embargo, no le pasó factura electoral. Vox logró hace un año pasar de uno a dos concejales y el peso político de Belda se ha revalorizado tanto que, a finales de año, fue llamado a compatibilizar su escaño municipal con la dirección de la Universitat Popular del Ayuntamiento de València, gestionado por el PP y Vox.

Ricardo Belda, portravoz de Vox en Alzira

Ricardo Belda, portravoz de Vox en Alzira / Agustí Perales Iborra

Enemigos íntimos

La relación de Belda con el líder de UCIN, Enrique Montalvá, que también militó en Vox tras abandonar ruidosamente el PP, no es nada buena. Por eso no sorprendió que fuera Montalvá quien solicitase la dimisión del portavoz de Vox tras el incómodo episodio del balcón fallero. El concejal de Vox espetó a quienes controlaban el acceso al recinto: «Suben todos los payasos que traen ellos, ¿no va a subir mi familia? ¡Mis cojones!». Esas despectivas palabras se pronunciaron mientras accedía al escenario principal con sus familiares sin haber informado en tiempo y forma a la organización. Un vídeo grabó la escena y el concejal no tenía escapatoria. El jueves admitió, a su manera, que se había excedido: “Pedí disculpas y las reitero a las cuatro o cinco personas por una conducta inapropiada como consecuencia de mi enervamiento al ver cómo se trataba a mi familia por personas que no les correspondía”.

También reconoció que su actitud había sido “un poco insolente”, pero negó que hubiera agredido a nadie. Montalvá había asegurado que empujó a algunos asistentes y calificó su comportamiento de “lamentable muestra de desprecio y falta de respeto” hacia los ciudadanos que disfrutan de nuestras tradiciones festivas, por lo que propuso exigir su renuncia al cargo, instar a la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, a destituirlo y reclamar a Vox que tomara contra él medidas disciplinarias. “No se puede tolerar que insulte a la ciudadanía y que denigre a trabajadores que velaban por la seguridad de todos, por lo que le pedimos que reflexione por respeto a sus votantes y por la imagen que trasmite de Alzira”, agregó. Belda le replicó: “Muchos de los 2.500 alcireños que me votaron no estarán satisfechos por lo que hice, ni yo mismo lo estoy, pero no puede generalizar porque yo no les insulté a todos”.

Enrique Mpontalvá, líder de UCIN

Enrique Montalvá, líder de UCIN / Agustí Perales Iborra

Ajustar cuentas

Montalvá aprovechó el debate para ajustar también cuentas con la oposición. “Me pone triste, aunque no me sorprende, la actitud del PP y Ciudadanos; entiendo que los odios partidistas y el rencor todavía esté presente un año después de las elecciones, pero estaría bien que trabajaran para defender a la gente que les confió su voto, porque es inaceptable que den la espalda a los votantes a los que Belda insultó” para continuar su asedio UCIN. “Su travesía por la oposición va a ser muy larga”, vaticinó desde la tribuna antes de pedirles que recapacitaran.

El PP evitó intervenir. No tomó la palabra ni para justificar su voto en contra. Sí que lo hizo el portavoz de Ciudadanos, Miguel Vidal. “Es curioso que Montalvá pida la dimisión faltando al respeto a la oposición. Belda obtuvo su escaño de manera legítima y no creemos que por un calentón determinado tenga que dimitir, no hay motivo suficiente, no hay delito alguno. Las actas las quitan los votantes o una sentencia firme”, proclamó el edil centrista. La portavoz del PSPV, Gema Alós, consideró que Belda acumulaba demasiadas faltas de respeto “desde el minuto uno en que tomó posesión” y recordó que lo que se espera de un representante público es un “comportamiento ejemplar que evite esos calentones”. El alcalde, Alfons Domínguez, asintió después las palabras de la representante del PSPV sin añadir comentario alguno.