Alzira divulga la biografía de Tonico Ballester para afianzar sus lazos con el escultor

Reclam edita un cuaderno de homenaje a un artista que ha dejado una huella imborrable en la ciudad

Pérez, Montagud, Ballester, Domínguez, Boscá y Blasco.

Pérez, Montagud, Ballester, Domínguez, Boscá y Blasco. / J. Sánchez

Bernat Montagud

La Casa de la Cultura de Alzira  acogió el lunes la presentación del libro «Tonico Ballester. Argila, fusta, bronce i pedra», una biografía artística del artista Antonio Ballester Vilaseca, quien para distinguirlo de su padre, que también fue escultor, es conocido con el sobrenombre de Tonico.

Poseedor de un amplio dominio técnico, aprendido en la Escuela Superior de Bellas Artes y en los talleres de los compañeros de su padre, abordó con calidad y solvencia infinidad de obras en Valencia, México y California.

En Alzira, a la nómina de obras propias de un imaginero, talladas o esculpidas en la década de los años cuarenta, se ha sumado, entre 2015 y 2023 una treintena de esculturas, pinturas y dibujos. A través de estos, donados por Ana Rosa Ballester Bonilla, se puede seguir el itinerario más personal e íntimo de este valenciano, que triunfó en dos continentes.

La ciudad brindará al artista un espacio expositivo para mostrar tallas, pinturas y dibujos cedidas por la familia

La presentación del pequeño volumen, editado por Reclam, a la que asistió la hija del escultor y otros familiares, constituyó un emotivo homenaje a Tonico Ballester. Alfons Domínguez, alcalde de la ciudad, Xavier Pérez, concejal de Patrimonio Histórico, Arturo Blasco, editor de Reclam, Fernando Boscà, autor de unas magistrales ilustraciones y Bernat Montagud, redactor del texto, glosaron la figura del artista y recalcaron el altruismo de su hija Ana Rosa, quien emocionada por el afecto recibido agradeció el aprecio que Alzira siente por la obra de su padre. Dijo: «Me siento un poco alcireña».

Imagen de la presentación del libro

Imagen de la presentación del libro / Alfonso Rovira

Entre otros, asistieron al acto Diego Gómez, bajo cuya gestión se fraguó este legado, José Palacios y Ana Jover, miembros de la Corporación Municipal y diversos representantes de Cofradías y Hermandades, cuyas imágenes titulares salieron de la gubia de Antonio Ballester. Alzira pronto contará con un espléndido espacio expositivo. Quien visite la capital de la Ribera Alta, podrá valorar la dicotomía de este escultor que abordaba con solvencia obras sacras y profanas.