Los alumnos del colegio Cervantes de Gandia finalmente no estarán en el centro durante el tiempo que duren las obras de remodelación de este edificio. Al contrario de lo que en principio se había anunciado, serán trasladados a aulas prefabricadas y dejarán el centro vacío para que los operarios puedan trabajar con tranquilidad.
La decisión la ha tomado la Generalitat Valenciana, que considera que será más seguro para los pequeños que no se encuentren en el centro mientras se llevan a cabo los trabajos.
Hay que tener claro que, pese a que resulta una molestia tener que desplazarse hasta otro punto de la ciudad y, además, hacerlo para dar clase en aulas prefabricadas, algo que no resulta nada agradable aunque en este caso está más que justificado.
Y es que, si se mantuviera la idea de que los pequeños no dejen el edificio, compartirían sus clases con maquinaria pesada, bigas que suben y bajan, obreros y mucho material que, por muy controlados que se les tuviera, podría resultar peligroso para la integridad de los pequeños.
Es más, no solo ha sido la Generalitat la que, una vez analizada la situación ha considerado más conveniente sacar a los chavales del edificio, sino que los propios padres habían mostrado su preocupación por el anuncio de que se compaginarían las clases y las obras.
Finalmente, la conselleria de Educación ha obrado de la forma más lógica y el próximo curso se impartirá en la nueva ubicación. Los barracones, cuya instalación ya ha comenzado, estarán situados en uno de los solares de la antigua fábrica de aceites La Masía, en la avenida del Grau.
De ese modo, el colegio se mantiene en el mismo distrito del que forma parte, Corea, y permite a los padres no desplazarse demasiado para llevar a sus pequeños a las clases.
Las obras en el Cervantes consistirán en una mejora integral del edificio y afectarán incluso a la estructura, puesto que a través de unas catas elaboradas por los técnicos del ayuntamiento se habían detectado una serie de deficiencias que serán subsanadas.
El coste de los trabajos rondará los tres millones de euros y está incluido dentro de la partida del Plan Confianza que la Generalitat Valenciana ha reservado para el Ayuntamiento de Gandia y del que también forman parte otros proyectos importantes como es el nuevo retén de la Policía Local.
El Gobierno de Gandia confía en que las obras en uno de los centros más emblemáticos e históricos de la ciudad empiecen de forma inminente y que, una vez terminadas, supongan la culminación a la remodelación a la que se ha visto sometida la totalidad del entorno del colegio, en el distrito de Corea, con las obras en el Jardinet que el Ejecutivo está desarrollando desde hace varios meses pero que están a punto de finalizar. El ayuntamiento ha tenido que incluir el colegio en el Plan Camps porque no entraba en el programa de Educación.
