Que la degradación de la desembocadura del río Serpis es un viejo problema de Gandia lo atestiguan los vecinos de la zona de Venècia, hartos de soportar malos olores que ellos atribuyen a los vertidos de la depuradora. Justamente hace ahora tres años, en septiembre de 2012, uno de esos vecinos llegó a presentar una denuncia a la Guardia Civil para que investigara los hechos y a recoger cerca de setecientas firmas para que la Administración ejecutara las medidas necesarias para poner fin a esta situación.
«Nadie nos ha hecho caso», indicó ayer quien asegura que o bien la depuradora o bien empresas aprovechan los temporales de fuertes lluvias para verter agua contaminada al cauce del río.