Salvador Femenía, alcalde socialista de l'Alqueria de la Comtessa, asumió ayer la presidencia de la Mancomunitat de Municipis de la Safor en un pleno marcado por el consenso entre todos los partidos políticos. Él estará en el cargo durante dos años y después lo cederá al alcalde de Xeresa, Tomàs Ferrandis, de Compromís. El PP se queda con una vicepresidencia en la persona de José Juan Mascarell, alcalde de Almiserà.
En el pleno de ayer Femenía agradeció el apoyo y transmitió a todos los partidos políticos y a los alcaldes su apuesta, una legislatura más, por el consenso para gestionar una Mancomunitat que es voluntarista y que tiene como primer objetivo la prestación de servicios sociales esenciales a los ciudadanos.
Pero, en segundo lugar, destacó algunas reivindicaciones que, a día de hoy, están en boca de los ciudadanos de la Safor. Entre ellas dijo que la Mancomunitat exigiría la mejora del transporte comarcal después de que varias empresas de autobuses hayan recortado drásticamente los servicios o directamente los hayan eliminado, tanto en trayectos internos de la comarca como en las líneas que llegan hasta ciudades como Pego, Ontinyent o Alcoi.
El anterior Consell de la Generalitat, del PP, se comprometió a solucionar el problema, algo que no hizo. Ahora la cuestión será planteada al nuevo Gobierno autonómico de PSPV-PSOE y Compromís para que aborde con la Mancomunitat un plan para no solo restablecer esas líneas de autobús suspendidas, sino la modernización de la red de transporte público en su conjunto.
Femenía también miró a la Generalitat cuando pidió «instalaciones educativas dignas», en referencia a los muchos colegios e institutos que hace años se tendrían que haber construido o que requieren una reforma profunda.
En ese «espíritu de unión» que flotó anoche durante la constitución de la Mancomunitat surgida de las últimas elecciones, el presidente reivindicó «las infraestructuras necesarias para vertebrar la comarca», entre ellas sacar las carreteras que ahora atraviesan núcleos urbanos o la prolongación de la línea férrea hacia Oliva. Y reivindicó que la comarca diseñe una oferta cultural y turística conjunta. «Todos unidos debemos hacer de la Mancomunitat el eje vertebrador de la comarca para ofrecer a nuestros vecinos más y mejores servicios», señaló.
El presidente, consciente del cambio político instalado en la Generalitat, con un Consell más sensible hacia la realidad comarcal de la Comunitat Valenciana, pidió una mejor financiación de estas entidades. «Hay que reivindicar más capacidad de maniobra y más potencia orgánica y financiera», indicó Femenía.
Gandia ya está presente
Y, cómo no, en la sesión de ayer se habló de Gandia, el municipio que, con el voto del PP, abandonó la Mancomunitat hace casi dos años y que volverá a formar parte de la institución en el momento en que se firme el acuerdo para pagar la deuda de 800.000 euros que tiene pendiente. Esa negociación está avanzada y lo más probable es que Gandia consume su vuelta a la Mancomunitat a partir del 1 de enero próximo.
Pero ayer, en un gesto de gran carga simbólica, la alcaldesa de esta ciudad, Diana Morant, se presentó en el pleno para dar testimonio de la inequívoca voluntad política del gobierno que preside para que, lo antes posible, la Mancomunitat aglutine a los 31 municipios que la fundaron hace más de treinta años.
Al pleno de anoche asistió el gandiense Josep Miquel Moya, director general de Deportes de la Generalitat, y los diputados del PP Guillermo Barber y Víctor Soler, quienes, paradojas de la vida, como concejales del PP de Gandia en la pasada legislatura votaron para que esta ciudad se saliera de la Mancomunitat.
