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Oliva rechaza la moción del PSOE para no acudir a misas y procesiones

EU respaldó la propuesta, Compromís tuvo tres posturas diferentes y PP, Projecte Ciutadans y Gent d'Oliva votaron en contra - Mengual llamó a acentuar «la laicidad» de la Administración

Oliva rechaza la moción del PSOE para no acudir a misas y procesiones

El alcalde y los concejales de Oliva seguirán asistiendo, en calidad de autoridades, a los actos religiosos. El pleno del ayuntamiento rechazó la noche del pasado jueves la moción presentada por el Grupo Socialista que pretendía acentuar el carácter laico de las instituciones y aprobar que no se acudiera a esos actos religiosos, fundamentalmente las misas y procesiones.

La moción, que está siendo fruto del debate en algunos ayuntamientos, recibió el voto a favor de seis concejales, los cuatro representantes socialistas que la habían presentado, el del concejal de EU, Àlex Salort, y el de Compromís, Enric Escrivà.

En contra de la propuesta votaron los ediles del PP, Projecte Ciutadans, Gent d'Oliva y el concejal de Compromís Vicent Canet. Finalmente, el alcalde, David González, y otros dos representantes de Compromís, Rosanna Miñana e Imma Ibiza, se abstuvieron. Las diferentes posturas de Compromís en este asunto se produjeron después de que la asamblea del partido en Oliva decidiera dar libertad de voto a cada uno de ellos y se se guiaran por su conciencia.

En Oliva, como en la mayoría de las ciudades, las autoridades locales acuden a muchos de los actos religiosos, siguiendo la secular tradición. Así fue también durante los gobiernos del PSOE en esta localidad, pero ahora la asamblea local del partido decidió elevar la propuesta para poner fin a esa práctica. El portavoz socialista, Carlos Mengual, indicó que la iniciativa respondía a un intento de «avanzar en la laicidad» de las instituciones y en la separación entre la religión y el Estado. Mengual añadía que planteó la moción pese a que se siente orgulloso de pertenecer a una hermandad de la Semana Santa y de participar de los actos, «pero a título personal, no como representante político».

En el pleno se escucharon las muchas opiniones que existen sobre esta cuestión. El portavoz de EU-Acord Ciutadà, Àlex Salort, defendió la propuesta, e incluso abogó por un cambio legislativo que haga pagar a la Iglesia el IBI por los bienes de su propiedad.

Voluntad de consenso

Pepe Salazar, de Gent d'Oliva, rechazó la propuesta y dijo que «el 80% de la población se siente católica», añadiendo que la moción «sólo sirve para crear malestar, confusión y dividir a la gente».

Blai Peiró, de Projecte Ciutadans d'Oliva, dijo que los políticos representan a los ciudadanos con sus convicciones y que es contrario «a las prohibiciones». Peiró defendió la libertad de cada uno para decidir si quiere asistir o no a actos religiosos.

El portavoz de Compromís, Vicent Canet, ahondó en la cuestión y se mostró partidario de aprobar un reglamento que regule la presencia de los concejales «en cualquier acto público, y no sólo religioso», siempre bajo la óptica de que esta cuestión «debe consensuarse entre todos, sin herir sensibilidades de nadie».

Finalmente, Rosa Pous, del Partido Popular criticó duramente la propuesta socialista y recordó que «aquí no se obliga a nadie a ir a las misas o procesiones» y que a lo largo del año en Oliva hay multitud de festividades religiosas muy arraigadas que tienen un ámbito cultural y social «y estamos en contra de prohibir que se acuda a estos actos».

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