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«Nuestra hipoteca es el reparto ideológico que votó la ciudadanía»

«Nuestra hipoteca es el reparto ideológico que votó la ciudadanía»

Tras un año de legislatura, ¿qué es lo más difícil que le ha tocado hacer?

Sin duda, aplicar medidas de restricción del gasto y aumentar impuestos para solucionar la quiebra económica y de inviabilidad que tenía el Ayuntamiento de Gandia. Han sido medidas tan duras como necesarias y tan impopulares como urgentes. El gran reto que tenía este consistorio era ordenar las cuentas porque un mal funcionamiento de la hacienda municipal repercutía repartiendo miseria por toda la ciudad. Eran muchos los proveedores y colectivos que no cobraban y muchas empresas vivían en la precariedad.

¿Y Gandia está ya en el camino de superar esa situación pese a la deuda de trescientos millones que acumula?

Sí. Tenemos una planificación presupuestaria desde ahora al año 2032 que contempla el peor escenario. Es decir, lo único que puede ocurrir es que la economía mejore y eso repercuta positivamente en las arcas municipales.

Y entonces, ¿por qué todavía no se han aprobado los presupuestos municipales de 2016?

En primer lugar, porque nos hemos encontrado en la situación económica más precaria en la historia de la ciudad. Teníamos que devolver los presupuestos a la legalidad después de que los tres últimos años se trabajara con dos ilegales. Teníamos que absorber los servicios de la empresa pública que estamos liquidando, ha habido cambios legislativos, y con todo eso es muy difícil elaborar un presupuesto. Aun así salían unas cuentas indignas para Gandia, y por eso llamamos a puertas y la diputación ha inyectado cerca de dos millones, que se repetirán el año que viene.

¿Son regalos de la Diputación de Valencia?

Regalos no. Uno de mis retos en la diputación era representar a los municipios ahora gobernados con sentido común que han heredado una situación de quiebra económica. Nosotros hicimos nuestros deberes. Rebajamos el nivel de gasto y subimos la presión fiscal al tope y, aun así, los proyectos no salían. De manera que era una cuestión de justicia hacia los ciudadanos. Se han reconocido esas situaciones y, más que un premio, es un rescate a los ciudadanos. La diputación cubre lo que el ayuntamiento no puede.

¿Qué salud tiene el acuerdo PSPV-PSOE y Més Gandia?

Como el de un matrimonio recién casado. Creo que estamos en el mejor momento. Todos sabemos que la investidura no fue fácil, pero ahora se evidencia que trabajamos muy cómodamente.

¿Es un Gobierno local hipotecado por Ciudadanos?

No. Es un gobierno hipotecado por el reparto ideológico que ha votado la ciudadanía. Tenemos que ser conscientes de que si queremos gobernar para todos, cada vez que tomamos una decisión tenemos que ganarla, y por eso trabajamos ganándonos una votación tras otra, contemplando lo que queremos nosotros y lo que quieren quienes no piensan como nosotros. Y le diré que creo que esta es la mejor forma de acertar, la más saludable, porque las decisiones contemplan un espectro ideológico muy amplio. El ayuntamiento, su gobierno y sus decisiones están representando a la gente de la calle. Nos cuesta todo un poco más, pero también nos sentimos más seguros con lo que hacemos.

¿La alcaldesa vive con una espada de Damocles que se llama moción de censura?

No. Creo que esa es la estrategia a la que juega un Partido Popular que no cree en la democracia y que varias fuerzas políticas se pongan de acuerdo, como ocurrió en Gandia, para provocar un gobierno de cambio, que era lo que pedía la gente. Y como no aceptan la democracia juegan constantemente a la amenaza, sin reconocer la legitimidad del Gobierno de Gandia, por eso están con la moción de censura. Ha pasado un año, el gobierno trabaja con mucha estabilidad respaldado por la responsabilidad de Ciudadanos. Yo invitaría al PP a asumir que está en la oposición y a trabajar de forma constructiva para buscar soluciones a los problemas.

Ya que cita al PP, dicen sus concejales que no se les escucha. Que no se les deja participar en el ayuntamiento.

El PP tiene ahora recursos que a nosotros nos quitó cuando dispuso de mayoría absoluta. Dos concejales liberados por el ayuntamiento, dos diputados, un asesor y un secretario de grupo. Seis personas pagadas con dinero público para hacer su trabajo. Muchos más recursos que los que ellos reconocían a la oposición cuando gobernaban. Están en todos los foros de trabajo, incluyendo la empresa pública, de la que ellos nos echaron. Las comisiones se convocan todos los meses cuando ellos a veces estuvieron sin hacerlas ocho o diez meses. Si a esos foros vienen constantemente a votar en contra y son ellos quienes no escuchan ni quieren participar de las propuestas del Gobierno local, pues es su problema y la forma en la que han decidido trabajar por la ciudad, pero no pueden quejarse del trato que les brinda el gobierno. Si nosotros hiciéramos como ellos, no tendrían oportunidad de trabajar por Gandia.

Anunció un nuevo modelo turístico para Gandia. Tras un año, ¿ya tiene una idea de cuál es el camino para promocionar e impulsar ese importante sector de la economía local?

El turismo que estamos consensuando con el sector es un modelo de sol y playa unido al turismo familiar y deportivo. Pero el esfuerzo no puede ser solo del ayuntamiento. Por ejemplo, se nos puso sobre la mesa si queríamos ser un destino para despedidas de soltero. Por supuesto que no vamos a poner fronteras para que alguien pueda celebrar aquí su despedida, el ayuntamiento ni puede ni debe, pero lo que no queremos es que eso se convierta en un negocio que derive en nuestro modelo de turismo. No es suficiente que el ayuntamiento, a través de la policía, sancione y solucione el problema cuando ya se ha creado. Ahí es fundamental que el sector no alquile habitaciones o pongan mesas en los bares para fomentar esos negocios y así se pueda romper el circuito. Tenemos que participar todos, y ya hemos consensuado que queremos ser destino de sol y playa, familiar y deportivo y, sobre todo, cuidar la 'marca Gandia'.

La Asociación de Vecinos por la Convivencia de la Playa no está contenta con las medidas para evitar ruidos y escándalos. ¿Se puede hacer más?

Sí, se puede hacer más. Primero tenemos que intentar que todos los implicados cambien su modelo de negocio. La sanción no puede ser la única vía de trabajo contra los problemas de convivencia. La policía está actuando, pero es como si pidiéramos a los bomberos que apagaran los fuegos que nosotros mismos provocamos. Tenemos que hacer compatible el ocio con el descanso. Que la gente pueda estar tranquila pero que haya una actividad económica que viva del turismo. Lo que debemos solucionar es el problema de raíz, y hay muchas cosas que estamos haciendo y que antes no se hacían, por ejemplo el cumplimiento de los horarios y de los niveles de sonido. Nadie se presentó a las elecciones, yo tampoco, prometiendo que en Gandia ya no habría más actividades, conciertos, verbenas... Lo que está claro es que la perversión y el incumplimiento de las normas ya no caben en esta ciudad, y eso todo el mundo lo sabe.

¿Qué ha ocurrido para que la organización del SanSan Festival haya anunciado una denuncia contra usted y otros miembros del Gobierno local?

Pues que reclaman unas promesas que les hicieron desde el anterior ejecutivo, sin contrato que las avale, y este ayuntamiento no puede reconocer una obligación que no ha contratado.

¿Pero ha habido extorsiones, como ellos dicen?

En todo caso, y eso lo vamos a denunciar, quien ha sufrido una extorsión soy yo y este ayuntamiento. Porque desde la organización del festival nos dijeron: «en base a que me pagues o no me pagues lo que yo digo que me debes, te pongo una querella o no te la pongo». Eso es una extorsión ante la que nosotros nos vamos a defender porque no hemos cometido la ilegalidad de pagar o reconocer una deuda que no tiene por qué asumir esta ciudad por una promesa del señor Torró.

¿Buscará cubrir ese evento con otro festival?

Claro, esta ciudad continuará teniendo conciertos, festivales y las actividades que la empresa privada quiera hacer, siempre bajo el cumplimiento de la ley y sin que el ayuntamiento aporte dinero. Pero hay algunas cosas que deberíamos cambiar, por ejemplo las fechas. Reconozco que en Semana Santa puede venir mucha gente, pero también genera roces porque hay muchísima gente que esos días viene a Gandia buscando otra cosa. Deberíamos hablar de otras fechas y un espacio más adecuado. Creo que si provocamos dos o tres días de ruido todo el mundo lo entenderá porque es una oportunidad de negocio para la ciudad, pero no en Semana Santa, que ya es temporada turística.

¿Ya sabe qué hacer con el Edificio Innova?

Nos gustaría que acabara albergando un proyecto autonómico de innovación, que es para lo que se concibió, y que ayudara a las administraciones a acertar, bajo el prisma del conocimiento, en la gestión pública.

Es imposible reabrir Gandia Televisió.

En este momento, sí.

¿En esta legislatura veremos terminado el trinquete de pilota que inició Torró?

Con dinero público, no.

Prometieron regresar a la Mancomunitat y ha pasado un año. ¿Hay fecha para ese paso?

Gandia ha realizado un pago importante de la deuda que mantiene con la Mancomunitat, pero a partir del presupuesto de 2017 queremos que, además de la deuda, se abone la cuota que permitiría estar en ese organismo.

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