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Incumplimientos

Gandia decreta el cierre de tres locales de ocio de la playa en plena campaña

Dos de ellos incumplen preceptos urbanísticos, mientras que el tercero no dispone de licencia para poner música en su terraza y acumula muchas quejas de los vecinos. El ayuntamiento y la Generalitat actúan porque hay denuncias previas

De izquierda a derecha, el exterior del complejo de ocio Falkata, en la playa de Gandia, la fachada del Wonderwall y el «chillout» Agua de Coco, en la Ducal. Levante-EMV

El Ayuntamiento de Gandia, como ya ocurriera el año pasado, ha vuelto a actuar contra los locales de ocio que, según los técnicos municipales, incumplen la normativa en concepto de espectáculos o de usos del suelo.

El coordinador general de Urbanismo, Vicent Mascarell, ha firmado en la última semana el decreto de cierre de tres negocios de este tipo ubicados en distintos puntos de la playa de Gandia.

Se trata de los dos complejos más grandes, con más renombre y que probablemente más gente atraen de la ciudad, Falkata y Wonderwall Music Resort, y de la terraza «chillout», Agua de Coco, ubicada en plena Colonia Ducal.

Los motivos por los que el Ayuntamiento ha tomado esta decisión son distintos en cada caso. En lo que respecta Falkata, la decisión no afecta a la discoteca, sino a las actividades que se desarrollan en la zona exterior, es decir, los conciertos y actuaciones de DJ que están previstos para los fines de semana del verano.

Según el decreto al que ha tenido acceso este periódico, el ayuntamiento se basa en dos irregularidades urbanísticas para ordenar el cierre. La primera, «la ejecución de unas piscinas sin licencia», según apunta el documento, y la otra «por el montaje de una estructura para escenario exterior con la licencia de obras denegada por incumplir los retiros obligatorios a la Séquia de l'Auir».

Ante esta situación, el consistorio decide «denegar» las solicitudes de actuaciones musicales en la terraza y también obliga a la mercantil al «cese y suspensión de todas las actividades» que se realicen en dicha zona ajardinada.

En lo que respecta a Wonderwall, el asunto, aunque también urbanístico, es otro. En este caso, el Ayuntamiento alega «inexactitud u omisión» en la declaración responsable, la herramienta que la empresa presentó para solicitar un permiso especial con el que celebrar actividades de ambientación musical al aire libre durante el verano. Este error, detectado en este caso por la Conselleria de Territorio a raíz de una denuncia, se encuentra en el aforo, según los técnicos municipales. Y es que las inspecciones llevadas a cabo por técnicos y por la Policía en el local detectaron que las cifras presentadas por la empresa respecto a la gente que puede albergar en sus espectáculos no cuadra con lo que marca la ley.

Wonderall tiene licencia de hotel y, según la normativa que regula los espectáculos, el número de no clientes que pueden acceder al recinto no puede superar la mitad del de las personas que se pueden alojar en las habitaciones.

Este periódico, además, ha tenido acceso a al menos tres resoluciones de la Generalitat, emitidas en el último mes y todas en respuesta a denuncias, en las que Territorio pide al Ayuntamiento que decrete el cese de la actividad en la terraza de Wonderwall, algo que debería ocurrir el 1 de agosto según la orden.

El consistorio ya clausuró este complejo el pasado año, aunque en ese caso se basó en el uso irregular del suelo no urbanizable.

Con orden de cierre desde 2013

Agua de Coco, por su parte, debería haber cesado su ambientación musical en 2013. En agosto de ese año, el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP, decretó el cierre de este establecimiento.

La actuación del Ayuntamiento se produce por las reiteradas denuncias de los vecinos por las molestias que genera este local y porque, pese a que tiene licencia de restaurante, ofrece la actividad «chillout» en la piscina.

El texto en el que se ordena el cierre de este negocio destaca «las numerosas quejas» recibidas por «la elevada música y horario de funcionamiento hasta altas horas de la madrugada».

El Ayuntamiento ordena «la clausura y paralización» del establecimiento de chillout «hasta la obtención de la licencia o autorización municipal».

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