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Festejos taurinos

El espíritu animalista se desvanece

Tres de los cuatro municipios de la comarca de la Safor en los que se hacen 'Bous al carrer' anunciaron que no se celebrarían festejos este año, aunque finalmente ha habido o los habrá - Las iniciativas privadas se agarran a la ley para programarlos

El espíritu animalista se desvanece

Mientras exista una ley que permita que se celebren festejos con toros o vaquillas como protagonistas, y mientras haya aficionados a este tipo de actividades, va a ser muy complicado que se le pueda poner cortapisas a los «Bous al carrer».

La Safor es un buen ejemplo. En la comarca hay cuatro municipios donde, tradicionalmente, sus fiestas patronales han incluido programación taurina para los aficionados, Oliva, Tavernes de la Valldigna, Benifairó y Simat.

Con la llegada de la nueva legislatura, los alcaldes, algunos de ellos nuevos, se impregnaron de la corriente animalista que venía recorriendo el país con la irrupción, de nuevo, de la izquierda en las instituciones. En tres de estas localidades, Tavernes, Simat y Benifairó, se anunció que no habría «bous» a partir de ahora en sus fiestas. Sin embargo, cada uno con su casuística particular, en todos ellos se han celebrado, o lo harán en las próximas semanas, festejos taurinos.

Esto ha provocado el enfado de las entidades animalistas y, por consiguiente, el sonrojo de sus alcaldes, que ven como lo que prometieron cayó en saco roto. No se trata de una cuestión política, simplemente se ha impuesto la lógica administrativa.

Cuando Compromís llegó al Gobierno por primera vez, en 2011 (entonces en coalición con PSPV y EUPV), lo hizo con el anuncio de que, por primera vez en muchos años no habría «bous» en la plaza portátil que se instalaba en la explanada de la avenida Marjaletes organizados por una empresa privada. La presión ciudadana hizo que finalmente fuera el propio consistorio quien promoviera «bous al carrer», en este caso volviendo a la fórmula de mediados del siglo XX, cuando esta actividad se realizaba en la calle Major. Tras cinco años, sin embargo, movidos por la corriente animalista que se había instalado en otras administraciones y, sobre todo, por el debate interno que sobre esta cuestión había en Compromís, el Ejecutivo dejó la decisión en manos de los ciudadanos.

El Gobierno local, lejos de mojarse, fió la celebración de «bous al carrer» a una encuesta cuyo resultado, aunque con baja participación, fue «no». La pregunta, sin embargo, no hablaba de prohibir los «bous», algo que no está en manos de la administración local, sino de no pagarlos con dinero público.

Quedaba a expensas, por tanto, de que una iniciativa privada pudiera organizar festejos, como así ha sido. Hace unas semanas se conocía la intención de la peña taurina «Bous a la Vall» de programar actividades, en este caso, regresando a la fórmula de la plaza portátil. Esta misma semana se conocía la programación. Seis días de actividad con vaquillas, novillos «para mujeres» y exhibición de recortadores, entre otros, siempre que la Generalitat les otorgue la licencia. El pasado martes entraba en el ayuntamiento la petición de la peña «Bous a la Vall».

El asunto ha enfadado a los animalistas, que consideran que el ayuntamiento cuenta con herramientas para impedir la celebración de los «bous», pero también a muchos vecinos, que creen que el Ayuntamiento no ha cumplido con el resultado de la encuesta.

Tras las elecciones de mayo de 2015 accedió a la alcaldía Víctor Mansanet, de EUPV. Convencido defensor de los animales, durante sus primeros días de mandato se mostró tajante en que la postura de su Gobierno era la de no celebrar «bous al carrer» pagados por el Ayuntamiento. Ese verano (2015) los hubo porque, «ya estaba todo organizado». Sin embargo, anunció que para las fiestas de 2016 se eliminarían esos festejos y se destinaría el dinero a la compra de material escolar. Llegado el momento, se abrió el debate en el seno del Gobierno local y, como él mismo reconoció, se quedó solo en su postura contraria. Finalmente hubo «bous al carrer» pagados por el ayuntamiento, con un herido incluido.

Eso sí, logró sacar a sus compañeros en el Ejecutivo local el compromiso de celebrar una consulta vecinal para el próximo año sobre esta cuestión.

Compromís accedía al Gobierno local en mayo de 2015. El nuevo alcalde, Josep Antoni Alberola dijo, al poco de asumir la alcaldía, aseguraba que él era totalmente contrario a los «bous» y que, por tanto, del consistorio no saldría ni un euro para financiar esta actividad y que tampoco colaboraría a nivel de infraestructuras, como ocurría hasta entonces. En principio, de hecho, no iba a haber festejos. Pero, como en Tavernes, los aficionados no querían quedarse sin ella y empezaron a moverse para, de forma particular, conseguir los permisos y las instalaciones necesarias.

Finalmente hubo «bous» en una plaza portátil, donde, como ocurrió también en Simat, incluso hubo un herido por el asta de una vaquilla.

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