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La Vuelta enseña Gandia al mundo

Miles de espectadores pudieron ver por televisión parajes como la playa, el marjal, el puerto o el castillo de Bairén durante la etapa 18 de la ronda

La Vuelta a España no defraudó y convirtió ayer a Gandia en una fiesta. La ronda ciclista y su cobertura a través de los medios de comunicación permitió enseñar los atractivos de la ciudad, su playa y sus humedales al mundo entero.

La retransmisión en directo de la carrera por 37 canales de televisión llegó a 197 países, el mejor escaparate para despertar la curiosidad entre aquellos que no conocían el destino. Salieron vistas aéreas de lugares emblemáticos como el monasterio de Sant Jeroni de Cotalba, y ya en Gandia el castillo de Bairén, la playa o el puerto.

A pie de calle, en la zona de meta, la Vuelta fue todo un espectáculo deportivo. Sobre las seis de la tarde llegaron al «sprint» cuatro corredores en cabeza a casi 60 kilómetros por hora. La etapa, que salió de Requena, la ganó el danés Magnus Cort Nielsen, del equipo Orica, con tan sólo 23 años.

Un cuarto de hora antes del final, la organización cerró totalmente el acceso a la calzada central de la calle Clot de la Mota, avisó por megafonía del riesgo que suponía la llegada de los ciclistas a esas velocidades y pidió al público que permaneciera detrás de las vallas, sin sacar ni siquiera las banderitas. Los corredores pasaron en un suspiro, pero el ambiente de la Vuelta empezó a calentarse desde el mediodía, gracias a los comentarios del «speaker» y las actividades de la organización.

Sobre las 3 de la tarde se celebró la Vuelta Junior Cofidis, una minicarrera donde participaron cerca de 300 niños, la mayoría seleccionados entre centros educativos de Gandia. La intención era que los niños recorrieran los últimos metros del circuito oficial con sus propias bicicletas y sentirse ciclistas profesionales.

Tras los niños el protagonismo fue para las autoridades municipales y de la Diputación de Valencia, entre ellas la alcaldesa de Gandia, Diana Morant, y el presidente Jorge Rodríguez. Hubo declaraciones a la prensa en la superficie del depósito de Sant Felip, en el Grau, reconvertida como zona de ocio, y cuyas obras se aceleraron con motivo de la Vuelta.

También se acercaron a ese punto algunos alcaldes y concejales de la comarca. Rodríguez recordó el impacto económico y turístico»de la Vuelta, evaluado por la organización en más de 500.000 euros, y no descartó que haya más etapas por la provincia de Valencia en futuras ediciones de la ronda con el apoyo de la Diputación.

El público que se iba agolpando en las vallas tenía puesta su atención en la recta de meta. Entre las 3 y las 6 de la tarde, cuando llegaron los ciclistas, cada cosa que sucedía en la calzada, por nimia que fuera, era celebrada con entusiasmo, ya fuera el paso de una motocicleta o un vehículo de la organización. Una pantalla gigante permitía seguir la carrera, comentada con acierto y profesionalidad por el «speaker». Entre los ciclistas destacados se dejó ver Óscar Pereiro, ganador del Tour de Francia 2006. Los curiosos se fotografiaban ante cualquier vehículo que portara el logotipo de la Vuelta o algún equipo, especialmente Movistar o Tinkoff, los de Quintana o Froome.

Pero la locura se desató a las 5 de la tarde con la llegada de la caravana publicitaria. Marcas como Carrefour, Fertiberia, Bic, Cofidis o El Pozo, con sus correspondientes azafatas y azafatos, repartieron objetos promocionales como abanicos, gorras, banderas, mochilas, e incluso canapés.

La fiesta continuó muy cerca, en el Parque Vuelta, situado en la explanada del Puerto, un zona en la que las marcas ofrecían regalos a cambio de divertidas pruebas de habilidades relacionadas con el ciclismo. El grupo Eñe actuó en el pub Varadero y junto al puerto el gimnasio salió a la calle y se pudo practicar «spinning».

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