La concejala de Políticas Económicas e Innovación, Alicia Izquierdo, el coordinador de Economía y Hacienda, Salvador Gregori, y el concejal de Ciudadanos, Ciro Palmer, anunciaron ayer la materialización del rescate del aparcamiento del Riu Serpis, que pasa a ser municipal, tras una sentencia judicial que obliga al ayuntamiento a hacerse cargo de los impagos a la empresa concesionaria durante la anterior legislatura y a abonar 11 millones de euros para remunicipalizarlo.

Esta situación ha sido aprovechada por el Gobierno local para acometer una serie de mejoras, la más importante de la cual es la bajada de los precios, un 70 por ciento, a partir del 1 de julio, equiparándolo al otro parking municipal de la plaza Prado.

A esta medida hay que sumarle los descuentos del 50% que podrán regalar a sus clientes los comercios, bares y restaurantes del Centre Històrico, lo que podría incluso hacer gratuita la estancia en el aparcamiento al poder acumular los tiquets de varios establecimientos.

Y es que uno de los objetivos de esta medida que ha tomado el Ayuntamiento de Gandia también es «la dinamización comercial y turística del centro de la ciudad, que gana 1.200 plazas de aparcamientos a precios muy asequibles, como demuestra el éxito del parking del Prado», aseguró Izquierdo.

Los representantes políticos aprovecharon para anunciar la nueva denominación el espacio, que pasará a llamarse a partir de esa fecha «Párking del Centre Històric» para lograr crear la imagen de que el centro de Gandia no tiene problemas de aparcamiento.

Palmer recordó que uno de los objetivos de su grupo era rebajar los precios del parkings para que sean un aliciente para dinamizar el comercio. «El Centre Històric tenía una desventaja frente a las grandes superficies de la periferia en el tema de los aparcamientos», señaló.

Otras de las mejoras con las que contará este espacio será la seguridad de las instalaciones y la accesibilidad. Gregori anunció que el departamento de Urbanismo trabaja ya «en una entrada nueva y muy bonita en la plaza del Tirant, ante la pasarela, que podría permitir contemplar las murallas enterradas».