Cada vez que la Generalitat Valenciana abre una línea de subvenciones dirigidas a los ayuntamientos para realizar mejoras en sus municipios, el alud de solicitudes desborda a la disponibilidad económica del Consell autonómico.
Ha vuelto a ocurrir, en el caso de la Safor, con el anuncio de las ayudas concedidas por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural destinadas a ejecutar obras para el abastecimiento de aguas, saneamiento o de defensa ante posibles inundaciones.
Diecisiete municipios de la comarca presentaron proyectos a esta línea de subvenciones, pero la Generalitat las ha denegado todas, excepto para Xeresa, que recibirá 7.712 euros para ejecutar un colector de aguas pluviales destinado a evitar inundaciones en la zona del polideportivo. A partir de ahí, nada de nada.
La razón esgrimida por la conselleria no es otra que la disponibilidad económica. Las arcas autonómicas están bajo mínimos fruto de los excesos del pasado, que acumularon una monumental deuda que se tardará décadas en pagar, y de la infrafinanciación a la que el Estado somete a la Comunitat Valenciana y que es una de las primeras reivindicaciones del Consell hacia el Gobierno.
Los otros 16 municipios de la comarca que habían solicitado ayuda cumplían las directrices marcadas por el departamento de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, y entre ellos figuraban varios que pretendían financiar el abastecimiento de agua potable, como Ador, Llocnou de Sant Jeroni o Simat de la Valldigna. También pidieron ayudas Gandia, Potries, Piles, Benifairó de la Valldigna, la Font d'en Carròs, el Real de Gandia, Oliva, Beniflà, Miramar, Amoines, Almiserà, Palmera y Barx.
No es esta la única ocasión en que se evidencia la escasa capacidad inversora de la Generalitat. La semana pasada se aprobaron ayudas para la reparación de daños ocasionados en las inundaciones de diciembre del año pasado y, en la mayoría de los casos, las consignaciones asignadas, que llegan a un máximo de 33.516 euros, son muy insuficientes para reparar las consecuencias de aquellas lluvias torrenciales.
