¿Se supone que estará satisfecho con todo lo que le está ocurriendo está temporada?

La verdad que sí, de cómo nos están yendo las cosas, ya que estamos disfrutando de poder trabajar sobre las victorias, y estar en lo mas alto de la tabla. En lo personal, estoy viviendo un sueño que tenía desde pequeño, que era poder jugar en el primer equipo del Bàsquet Gandia.

¿Cual es el secreto del éxito de Hispagan?

Creo que es la compenetración y soltura que tenemos todos. Los jóvenes nos hemos cogido a la liga bastante rápido, gracias al apoyo que tenemos de jugadores con experiencia en la Liga EBA, y pasa lo mismo con los fichajes americanos, que están demostrando lo que valen. Y otra cosa importante es lo bien que nos llevamos fuera de la pista, cosa que hace que luego dentro de ella nos entendamos mejor. La combinación entre americanos, jugadores con experiencia y jóvenes es perfecta.

¿Hasta dónde puede llegar este Hispagan?

Esta temporada vamos a por todas. Obviamente, el principal objetivo es el ascenso, y si es posible, organizando una fase final en casa, como ya ocurrió hace dos años. Pero hasta llegar ahí hay un largo camino y mucho trabajo por delante, así que cada semana toca pensar en el partido mas cercano.

¿Cómo valora su experiencia de jugar en la EBA?

Me esta fortaleciendo porque aprendo mucho. El salto se nota, y el nivel de juego aumenta, cosa que hace que cada día tengas que entrenar mejor y no parar de trabajar, ya que cada fin de semana vas a tener a otro equipo enfrente con ganas de ganarnos.

¿Las lesiones de Gil y Simeón han precipitado que los canteranos sean más protagonistas de lo que hubieran sido?

Las lesiones siempre son una pésima noticia para el equipo, pero sin ellos aguantamos bien. Obviamente estas lesiones han hecho que los jóvenes seamos más protagonistas, pero estoy seguro de que con la recuperación de ambos el juego y la fluidez del equipo van a mejorar, y va a haber una rotación mas amplia.

¿Que piensa de Víctor Rubio?

Es el mejor entrenador que he tenido. Mi primera vez con él fue cuando era júnior de primer año y fue un año inolvidable. Él consiguió por primera vez en mi vida que el equipo fuera una verdadera familia y que cada día que no había entrenamiento lo echáramos en falta. Sinceramente creo que ese es el año en el cual más he aprendido en cuanto a baloncesto. Le agradezco la confianza que tiene en mi, a él y a nuestro segundo entrenador, Christian Crudeli, que nos ayudan a crecer en lo personal y en lo deportivo, sin olvidar el gran trabajo del preparador físico, Dani Orengo, y de la fisio, Nuria Sanfélix.

¿Cómo se porta la afición gandiense los canteranos?

De la afición hay poco que decir... ¡no hay nadie como ellos! Cada partido veo a más gente en el pabellón y cada vez más volcada y entregada con nosotros y no solo en casa, sino que fuera también. A los canteranos nos quieren y nos miman como a nadie. Les gusta ver como un jugador del club consigue llegar al primer equipo y la verdad es que son un apoyo increíble. Son el sexto jugador y les pido que siga así.

¿Y el trato con la directiva?

Es de agradecer que la directiva sea tan familiar y cercana. La verdad es que no podrían ser mejores personas, siempre apoyando.