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Una familia dentro del rugby femenino

?El equipo femenino de rugby solo ha perdido un partido durante los últimos meses ?Denuncian la existencia de estereotipos en este deporte

El deporte femenino está cobrando cada vez más importancia dentro de la comarca de la Safor. Por ello, el Tavernes Alpesa Rugby Club ha apostado por la creación de un equipo femenino que cuenta con unas trece jóvenes.

Como cada semana, este equipo se prepara para la próxima temporada en el campo del Vergeret. Las jóvenes reconocen que fue «pensado y hecho», ya que ninguna tenía en mente apuntarse al rugby. «Durante una noche de fiesta, el entrenador del equipo masculino nos propuso formar un grupo de chicas en el club del pueblo», explica María Grau, la capitana del equipo. Grau reconoce que se lo comentó a sus amigas y «entre risas, formamos un grupo de Whatsapp y nos reunimos unos días después en el campo».

Muchas de ellas desconocían este deporte a pesar de que tenían conocidos en el equipo masculino. Pero, actualmente, acompañan al sénior masculino en todos sus partidos y, siempre que pueden, ven algunos partidos de la selección masculina en internet.

Irene Chova, una de las jugadoras del equipo, destaca que este deporte se diferencia del resto en que «somos una familia y nos hemos hecho muy amigas». Esto se puede observar en el tercer tiempo, donde ambos equipos se reúnen tras el partido para compartir una merienda y hablar sobre las experiencias del encuentro. Además, el equipo recuerda su primer «seven» disputado en Gandia, donde «la parte contraria nos animaba y nos decía cómo teníamos que hacerlo».

«Siempre se ha dicho que es un deporte muy agresivo y masculino y muchas madres no querían que jugáramos, pero ahora son las primeras que vienen a vernos», reconoce Chova. Además, el grupo denuncia que existen muchos estereotipos en torno a este deporte, ya que «muchos creen que para jugar tienes que ser bruta o estar más gorda y, por otra parte, tiene poca visibilidad».

La entrenadora del grupo, Alba Andrés, a la que el grupo también llama «la Jefa», señala que desde el club «estamos muy contentos con ellas porque tienen muchas ganas de jugar y entrenar», pero reconoce que «aún les queda mucho por aprender». Las jóvenes han mejorado respecto al primer partido, en el que «todas estábamos nerviosas porque no sabíamos que hacer».

A pesar de la falta de experiencia, solo han perdido un partido «más por el cansancio que por el nivel». El grupo reconoce que las victorias comportan «mucha alegría y «la Jefa» siempre termina en la ducha».

Para ello, las jugadoras trabajan varios días a la semana cada partido entrenando tanto la parte física como la técnica. A pesar de que son entrenamientos «muy duros, terminamos contentas porque vemos que estamos aprendiendo», reconocen.

Retos para el próximo curso

Uno de los problemas a los que se enfrenta este grupo en la próxima temporada es la falta de jugadoras para poder inscribirse al campeonato. Además, muchas de ellas deben compaginar sus estudios con los tres días de entrenamiento. «Al principio entrenaban dos días, pero ellas nos pidieron un tercero», explica Andrés.

«Nuestro primer reto es formar el equipo y el segundo competir en liga», señala la entrenadora. En el caso de que no hubiesen bastantes jugadoras, «la solución sería que viniesen a entrenar sin competir como el año pasado o que se vayan a jugar a otros equipos». Las jugadoras desean que esto no ocurra, porque «el rugby se terminaría para muchas de nosotras que no podríamos ir a otros lugares a entrenar».

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