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El mercado del agua

La instalación municipal de la plaza del Prado se inunda cada vez que llueve de forma insistente - El líquido filtra del techo y entra por el suelo

Buena parte de la ciudad de Gandia, entre ellas una amplia zona del centro de la ciudad, ha quedado protegida de las inundaciones gracias a la inversión, planificada durante décadas, de muchos millones de euros en la ejecución de colectores de aguas pluviales, capaces de enviar al río Serpis o al barranco de Beniopa grandes cantidades de agua cuando la lluvia es torrencial y persistente.

Pero algo falló cuando, en la pasada legislatura, se diseñó la construcción del mercado municipal de la Plaza del Prado porque, por el techo y por el suelo, un episodio importante de lluvia supone un calvario para los comerciantes allí instalados y, lógicamente, un problema para los usuarios.

El problema ha quedado nuevamente en evidencia en los últimos días de agosto y los primeros de este mes de septiembre, cuando Gandia ha sufrido episodios de intensas precipitaciones, con mucha agua acumulada en muy poco tiempo.

Según ha podido comprobar este periódico, desde el tejado las filtraciones no son gota a gota, sino chorro a chorro. Grandes cantidades de agua entran en los puestos del mercado, y también se filtra al interior del perímetro teóricamente cubierto que existe entre la cristalera exterior y los comercios abiertos.

Durante esta semana varios comerciantes han señalado a este periódico que eso genera pequeñas inundaciones, el deterioro de elementos de madera y materiales que no soportan al agua a chorro, y, peor aún, pone en riesgo permanentemente una parte del sistema de suministro y distribución de energía eléctrica. «Da miedo tocar algunos contadores cuando eso ocurre porque tememos quedarnos electrocutados», indicaba una de las personas que atiende una parada.

Un segundo aspecto, tan incomprensible como la filtración de agua desde el tejado, es la «inundación» que llega desde el mismo suelo de la plaza del Prado. La base del mercado no se hizo sobre una plataforma ligeramente elevada, como aparentemente habría sido lógico, sino al mismo nivel que el resto de la superficie circundante que queda a cielo abierto.

Así, en caso de fuertes lluvias, como la ocurrida entre la tarde y noche del pasado lunes, los problemas se agravan. En menos de una hora cayeron cerca de 30 litros por metro cuadrado sobre la ciudad de Gandia, con un alto régimen torrencial en la precipitación, y la escorrentía de la plaza circulaba, en algunos puntos, hacia el interior del mercado.

En muchas ocasiones, el resultado es que el recinto queda bajo varios centímetros de agua, obligando a los comerciantes a achicarla con escobas, no sin antes tener que retirar del suelo elementos que pueden quedar inservibles en contacto con el líquido.

Problemas desde el primer día

Los responsables de los puestos con los que esta semana ha podido hablar este periódico reconocen que el problema no es de ahora, sino que se viene produciendo desde el momento de la inauguración, en octubre del año 2014, y reconocen que durante la presente legislatura el Gobierno local ha ejecutado obras para paliar los déficits a pesar de las dificultades administrativas que ello conllevaba, porque el «propietario» de ese establecimiento era, hasta hace unos meses, la empresa municipal Iniciatives Públiques Gandia, desde la que no se podían llevar a cabo inversiones por encontrarse en fase de liquidación.

Aunque la inundación de esta zona comercial se produce solo cuando la precipitación es muy intensa, todos coinciden en que es necesario llevar a cabo obras para evitarlo, dado que, en la actual situación, mucho género de los comercios puede echarse a perder si les llega el agua.

El Mercado del Prado se anunció como un revulsivo para el comercio local, pero lo cierto es que la mayor parte del espacio disponible está vacío. Un supermercado cerró sus puertas hace cuatro meses meses.

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