La Plataforma Tavernes Playa, que nació oficialmente este verano para denunciar el alto nivel de ruido que, aseguran, sufren los edificios cercanos, no está «en contra de los festivales, sino del ruido, y queremos que el ayuntamiento cumpla su propia normativa», señaló ayer a este diario Juanjo Bravo, portavoz del colectivo. «Este verano», comenta, «realizamos mediciones en nuestras casas y los decibelios duplicaban los permitidos, y por eso lo denunciamos a la Policía Local y al Seprona de la Guardia Civil, para que efectuaran sus propias mediciones», hecho que no consiguieron a tiempo porque finalizaron los festivales y la temporada de veraneo.

La plataforma solicitó el 23 de agosto y el 4 de septiembre una reunión con el alcalde, «pero no hemos recibido respuesta», asegura Bravo. Los documentos de la asociación se pueden consultar en la página web de la plataforma (plataplaya.es).

Los conciertos del Iboga y del Mediterránea se celebran en una parcela a escasos metros del mar, junto a edificios residenciales de la playa de Tavernes y muy cerca de una residencia de ancianos. «Nosotros propusimos trasladarlos a unos terrenos cerca de la estación de Renfe», señala Bravo. «Allí no molestarían a nadie», asegura este vecino de Madrid que hace 39 años que veranea en Tavernes. Pero la idea parece no agradar a los jóvenes de la localidad. «Esos terrenos están a dos kilómetros del mar», comenta Víctor Donet, «y lo bueno de la ubicación actual es que, después de los conciertos, la gente se baña en la playa». «Además», añade, «junto a la estación no hay seguridad, ni pasos a nivel» que protejan del paso de trenes. Según Donet, la plataforma de vecinos de la playa «no solo se quejan por los conciertos, también del cine, de las motos, de todo, y nosotros queremos una Tavernes viva».