Centenares de personas asistieron en la tarde de ayer, en el jardín de la casa de la Marquesa, a la presentación del libro Águeda, Alma de Acero, escrito por el concejal Andrés Puig de la Muela. El recinto se quedó pequeño ante la gran asistencia de público.

El libro cuenta la historia real de Águeda Bolta, Ada, una niña a quien, con tan solo tres años de vida, le diagnosticaron un cáncer al cual se enfrentó con un inmenso coraje. Su vida, su ejemplo y sus ganas de luchar orientaron el camino para la creación, hace ocho años, de Alma de Acero, una asociación con sede en el Grau de Gandia , recientemente declarada de utilidad pública por el Ministerio de Interior, que trabaja por el bienestar de los pequeños.

Los beneficios de la venta del libro irán destinados al 100% a hacer más digna la vida de las niñas y niños más necesitados a través de los proyectos de Alma de Acero. «La idea de escribir un libro sobre la vida de Águeda surgió después de numerosos encuentros con la asociación», explicó Andrés Puig. «Después de conocer los motivos por los cuales la asociación dio sus primeros pasos, y observando las acciones que año tras año desarrollan en beneficio de los más pequeños, decidí ponerme en contacto con la directiva para proponerlos la realización de este proyecto», agregó.

Ha sido una tarea de cerca de dos años en los que el autor ha realizado visitas casi semanales a los padres de Águeda. Puig ha cedido todos los derechos de esta edición a Alma de Acero para que se destinen los beneficios a los proyectos solidarios de la asociación.

«Quiero agradecer la colaboración de Dulcesol, la Obra Social de la Caixa, el Ayuntamiento de Gandia y Alma de Acero, los cuales me han dado libertad absoluta para escribir», explicó el autor.

«Este libro es una de las cosas más grandes que Alma de Acero ha hecho en su historia, y no es un libro de autoayuda, sino de superación», aseguró por su parte Joan Grimal, portavoz y responsable de comunicación de la entidad.

La Asociación Alma de Acero, Proyectos Solidarios Infantiles nació en 2010, cuando la pequeña Ada murió tras una larga lucha contra la enfermedad. Ese mismo día, un grupo de amigos de los padres de la niña, todos aficionados al mundo de las motos, se conjuraron para recaudar fondos destinados a la residencia oncológica infantil de València en la que Ada estuvo ingresada.

En varios años consiguieron aportar a la residencia más de 70.000 euros. Posteriormente han seguido otros proyectos, como la decoración con motivos infantiles de las áreas de Pediatría de los centros de salud de Gandia, o del área de Oncología Infantil de La Fe de València, a la que dotaron de 3 Smart TV interactivas.

También crearon un espacio alegre y atractivo para los hijos que acompañan a las mujeres víctimas de violencia machista a la comisaría de la Policía Nacional de Gandia, y ahora tienen entre manos la mejora de las instalaciones del centro de acogida de menores La Safor, situado en Beniopa, donde residen de forma temporal o continua niños y adolescentes de familias con problemas que les impiden atenderles.