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Puig: "La democracia no es irreversible"

El presidente de la Generalitat encabeza el homenaje a las víctimas gandienses de los campos de concentración nazis - El mandatario mira atrás, pero advierte de que "aquellos viejos fantasmas vuelven a cabalgar por Europa y España"

Las autoridades de la Generalitat y municipales, ayer con los familiares de las víctimas gandienses de los campos de nazis. ximo ferri

«Hubo personas honradas que pensaron que la libertad, la dignidad, la justicia y la solidaridad eran valores por los que valía la pena luchar, y son ellos quienes nos inspiran para caminar hacia una sociedad más decente». Así definió Ximo Puig, presidente de la Generalitat, al conjunto de valencianos que sufrieron, y la mayoría murieron, en los campos de concentración y de exterminio que el régimen nazi abrió en Europa durante la segunda guerra mundial.

Ante él, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Gandia, algunos de los familiares de los seis gandienses que acabaron en uno de esos infiernos, el complejo Mauthausen-Gusen, de donde solo uno pudo salir vivo.

El acto formaba parte del proyecto Construint Memòria, con el que la Generalitat está rindiendo homenaje a los más de seiscientos valencianos víctimas de los nazis mediante la entrega de una cerámica con su nombre.

Construint Memòria, señaló el jefe del Consell, «representa el alma colectiva de justicia», un concepto que consideró «imprescindible» para recordar aquel pasado, el de los nazis, que, junto al estalinismo, Puig situó como «el peor de los males del siglo XX».

Pero la intervención del presidente no se centró solo en el pasado. Después de recordar que el horror de los campos de concentración y de exterminio existieron «mientras miles de ciudadanos miraban hacia otro lado», situó a las víctimas del terror nazi como símbolos «que nos tienen que ayudar a no hacer nunca más lo mismo». Y es ahí cuando Ximo Puig puso el énfasis en el presente. «Aquellos viejos fantasmas», en referencia al fascismo y a la deriva totalitarista, «vuelven a cabalgar por Europa y por España». Sin citarlo, es evidente que Puig se refería al auge de movimientos y partidos de extrema derecha, aquí representados por Vox, y concluyó su discurso con una frase que sonó a advertencia general: «la democracia no es irreversible».

En el acto también intervinieron la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, y la alcaldesa de Gandia, Diana Morant. Representantes de todos los partidos políticos y entidades locales acudieron al homenaje, y los políticos saludaron a los familiares de las víctimas, que, en algunos momentos, expresaron sentimientos de emoción.

El mismo homenaje, en este caso presidido por Gabriela Bravo y el alcalde de Oliva, David González, se repitió en el Ayuntamiento de esta ciudad, de donde procedían tres víctimas del campo de Mauthausen-Gusen.

González dijo en su discurso que las iniciativas en materia de memoria histórica desarrolladas en esta legislatura por el ayuntamiento «han marcado un antes y un después» en el reconocimiento a las víctimas de la represión que se desencadenó tras la guerra civil por la dictadura de Franco. La primera autoridad local añadió que estos homenajes que surgen desde las administraciones reconocen «la deuda de todo estado democrático con las víctimas de cualquier tipo de violencia ejercida a causa de la defensa de la libertad».

Este tipo de homenajes se están llevando a cabo en numerosos municipios valencianos y están avaladas por las Naciones Unidas, organismo que le ha pedido al Reino de España que reconozca a todas las personas que, en defensa de la libertada y la democracia, fueron víctimas de la represión,

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