Una joven de Gandia lleva más de dos años intentando demostrar ante la justicia que sufrió abusos sexuales por parte de un enfermero de un centro sanitario de la comarca de la Safor cuando era menor de edad.
Según la denuncia, a la que ha tenido acceso Levante-EMV, los hechos presuntamente ocurrieron cuando tenía 15 años y acudía de forma asidua al centro hospitalario para ser tratada por bulimia y depresión.
La presunta víctima explica que entabló una relación de proximidad con el enfermero, ya que se apoyaba en él porque no lograba conectar con su psiquiatra. Pasado un tiempo, según la versión que recoge la denuncia, el sanitario empezó a mostrar otro tipo de comportamiento: «Se excedía con comentarios sexuales» y «le dijo que tenía fantasías sexuales con ella». Después de esto, « la besó en la consulta». La joven indica que esa acción se produjo justo después de que ella le revelara que estaba en un momento «en el que no tenía ganas de vivir. Y esa fue su reacción, besarla». La chica explica que no opuso resistencia porque «se quedó bloqueada».
Lejos de cesar su actitud, el enfermero fue a más y «le propuso mantener relaciones sexuales en la consulta», algo a lo que, indica la denuncia, «ella se negó». Esa respuesta no tuvo efecto sobre el hombre, que insistió en varias ocasiones, incluyendo el envío de un correo en el que le preguntaba a la paciente si adquiría «el material» para el siguiente encuentro en el centro sanitario. No eran otra cosa que preservativos.
A partir de la siguiente cita empezaron a mantener relaciones sexuales. La joven asegura que fueron «consentidas» por su parte, pero que «las tenía porque él le insistía y ella accedía».
En el verano del 2012, la chica pidió un ingreso voluntario en la unidad de Salud Mental infantil del hospital La Fe de València. Durante su estancia allí, según la versión que recoge la denuncia, el enfermero «se excedía de su competencia y llamaba a La Fe preguntando por ella», lo que hizo sospechar a los profesionales que la trataban.
La joven indica que durante un tiempo no se dio cuenta de que había sufrido abusos, debido a la influencia que el enfermero tenía sobre ella. Declara que fue al conocer la historia de James Rhodes.
En la denuncia explica que al enfermero «no se le expedientó» y que sigue trabajando, aunque no en el mismo sitio. También considera que el médico que la trataba, siendo conocedor del asunto, «lo ha tapado».
