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Entrevista

Telmo Gadea Boix: "La brecha entre las fallas y el Prado está cicatrizando poco a poco"

El presidente aseura que, pese a todo, existe «una relación de absoluta cortesía» con la comisión

Telmo Gadea Boix: "La brecha entre las fallas y el Prado está cicatrizando poco a poco"

Reconoce que han sido cuatro años difíciles por los obstáculos que han ido surgiendo durante la gestión. Se han superado para acabar siendo, asegura, una legislatura «maravillosa». Se muestra contento de que haya competición en los monumentos

¿Podían haber pasado más cosas durante este mandato?

No, creo en los aspectos negativos, la legislatura ha estado suficientemente completa para no tener ganas de más historias. A mí no me gusta destacar solo las cuestiones malas, porque parece que sea una persona negativa y agorera, pero a quien le cuentes que hemos tenido que refinanciar el préstamo del Museu, despedir al gerente que era una persona de alta representatividad en la empresa, que hemos tenido que hacer frente al pago de IBI, conflictos en la SGAE, etc. Son una serie de casos que han hecho que hayan sido cuatro años difíciles, pero, por encima de todo, destacar que han sido unos años maravillosos y tienen que prevalecer las cosas buenas sobre las malas.

Y aún queda, porque el día 13 el juicio por la denuncia del Prado.

Sí, la verdad es que una carambola del calendario ha querido que esa vista se produzca en plena semana fallera. De todas formas, hemos llevado este tema de la mejor forma que se podía llevar, que era que una vez que estaba en el juzgado intentar enfriar el tema, que la gente estuviera lo más tranquila posible, dejar trabajar a los profesionales, porque, al final, no es una cuestión fallera, era una cuestión jurídica en la que los falleros ya no deben entrar. Que el juicio sea el día 13 es una fecha muy desafortunada, pero, evidentemente, no estará la sentencia ese día 13, vendrá después de fallas y cuando llegue ya se tendrá que hacer una valoración según sea la resolución. Yo quiero que las fallas pasen de la forma más tranquila posible, nos olvidemos de esta historia y disfrutemos de la fiesta, que es lo que tenemos que hacer

¿Se ha podido coser la brecha entre el Prado y el resto de fallas de la ciudad de Gandia?

En algunas cosas, poco a poco, esa herida ha ido haciendo una pequeña cicatriz. Es una realidad que el tema no está completamente resuelto y la convivencia, cuando dos se enfrentan en cuestiones jurídicas, no es agradable. Pero desde todas las partes, tanto por las fallas como por la falla Prado, hemos intentado bajar el tono, evitar la confrontación. Y si alguien no lo ha hecho y se ha dedicado a encender más llama en este incendio debe saber que no consigue nada positivo, al contrario, logra encender los ánimos que debían estar lo más frío posible para que fuera una cuestión técnica y no afectara a las fallas.

¿Cómo es actualmente la relación entre el Prado y la Federació de Falles?

La relación con su presidente y la falla en general es de absoluta normalidad y cortesía, como no puede ser de otra forma. Posiblemente otro presidente lo habría enfocado de otra manera. Yo siempre he tenido claro que las reinas de la falla Prado, las madrinas, la presidenta infantil e incluso su presidente no tienen porqué verse abocados a una cuestión que es de mayores y no del ámbito festivo. Desde la FdF tenemos una relación tremendamente cordial con Prado. Su presidente, Jesús Escrivà hijo, es una persona muy educada, con la que se puede hablar perfectamente, hemos tenido muchas conversaciones y todas han sido muy cordiales y provechosas. La relación es todo lo cordial que puede ser dentro de un proceso que no es agradable para ninguna de las partes.

¿Cree que esto es consecuencia de ese cambio de ciclo en lo que respecta a la monumentalidad de las fallas? Hubo una gran hegemonía por parte de una comisión durante más de una década y, de repente, llegan otras que apuestan también por el monumento de forma potente.

Eso es positivo. No sé si es una consecuencia directa o indirecta de eso, pero que haya dos o tres fallas compitiendo con el Prado, que es la que históricamente estuvo obteniendo los primeros premios de Especial, es sano y de eso se trata. Si hay algo que yo siempre he tenido claro es que las fallas no son asociaciones gastronómicas, ni asociaciones festivas al uso. Las fallas nos dedicamos a hacer fallas y, como tal, lo primero debería ser el monumento, cada uno dentro de sus posibilidades económicas, de barrio o estratégicas. Pero que haya monumentos grandes y ambiciosos es muy positivo. Ojalá todas las fallas tuvieran la capacidad de hacer eso y tuviéramos la ciudad llena de grandes monumentos.

¿Esa calidad se nota solo en Especial o también en las otras secciones dentro de su nivel?

Yo creo que hay fallas que aún no han despegado, porque lo tienen realmente difícil en ese camino. Pero, sin embargo, la sección Especial y Primera están haciendo un esfuerzo importantísimo, y las otras también, porque probablemente el esfuerzo es el mismo. Yo estoy seguro que a cualquier falla de Cuarta sección de este año le gustaría estar en Especial. Nadie está en la cola de las fallas voluntariamente. Lo está porque tiene una realidad de barrio, una realidad de masa social que le impide hacer otras cosas. Creo que todo el mundo quisiera estar en Primera o Especial. Por eso digo que el esfuerzo de cada falla por tener el mejor monumento es algo que no se ha negado, pero tampoco se niega que cuanto más monumentales sean las fallas, mejor.

No habrá sido todo malo en estos cuatro años, ¿no?

No, no, al contrario. Es cierto que ha sido difícil, y quien no quiera entenderlo así, se equivoca. Hemos tenido cuatro años espléndidos en cuanto a convivencia, en los que desde la Federació de Falles se han hecho cosas interesantes, como el CD de los pasodobles, el primer concurso de fotografía, hemos recuperado «El Pepito», hemos dinamizado algunos actos de participación masiva como las paellas y el Sopar de Germanor. Han sido acciones humildes pero constantes. Hemos hecho cosas interesantes. Por ejemplo, en pirotecnia es el segundo año que haremos «La Nit del Foc» patrocinada por el Ayuntamiento de Gandia, este año hay cinco «mascletaes». Son actos públicos que no solo redundan en las fallas, sino que es público, abierto y libre. Al final, apostar por la pirotecnia es apostar por una cosa festiva para todo el pueblo. El que hagamos la «Despertà popular», que este año celebramos la quinta edición y que es gratuita y pública para todas las falleras y falleros, al final, lo que hace es dar participación a la gente y poner en valor el tema de la pirotecnia y la despertà que tan nuestros son.

Acaba la legislatura y llega el momento de plantearse si se presenta o no a la reelección. ¿Qué le queda por hacer si vuelve a ser elegido?

Telmo Gadea no es noticia para nada y en ningún momento. A partir del 20 de marzo ya veremos de qué hablamos. Las noticias este año se llaman Laura y Júlia, que son las Falleras Mayores, tienen el nombre de las fallas, las que ganan, de los «ninots indultats», etc. Eso es la noticia, Telmo no es noticia. En un futuro, ya veremos. Las fallas ya han fijado la fecha del congreso, que es el 30 y 31 de marzo. Yo creo que quedan algunas cosas que hacer interesantes en el Museu Faller. Uno de los éxitos que hemos tenido es que hemos intentado hacer que el Museu Faller, que es una envidia en toda la Comunitat Valenciana pero que se ha visto en algún momento como un lastre para las fallas, nos hemos esforzado en que la concepción cambie y que sea un aliado, no un enemigo, y que sea un complemento y no una carga. Sí que podemos decir que ese es un pequeño éxito de nuestra ejecutiva: Intentar que la gente entienda que el Museu está a nuestro servicio y no está la falla al servicio del Museu. Bajo esa filosofía, el que tenga la responsabilidad de presidir las Fallas durante los próximos cuatro años le tocará abordar los temas interesantes del Museu.

Es evidente que las Fallas han cambiado mucho en los últimos años. ¿Cree que van al ritmo de la sociedad?

Yo creo que sí. Por ejemplo, en tema de igualdad de la mujer este año tenemos 7 presidentas en las comisiones. Es cierto que lo ideal sería llegar a las 12, que es el 50%. Pero de 23 fallas, siete, significa que un tercio de las representantes de las fallas son mujeres y habría posibilidad de que hubiera más sin ningún problema. Es una cuestión que en Gandia está completamente asumida y en el que hemos ido por delante de muchas poblaciones. Hay temas que debemos mimar y nos espera un futuro que debemos estudiar y consensuar, que es la convivencia con el vecindario. Hasta hace unos años, la convivencia era de una manera pero todo evoluciona y debemos tener mucho cuidado a la hora de ver cómo enfocamos esta convivencia. Las fallas son unas fiestas invasivas, cerramos calles, vados, accesos y eso a la ciudadanía le provoca molestia. Al mismo tiempo, la ciudadanía tiene que entender que las fallas son la fiesta más grandes de Gandia, pero además son un motor económico impresionante, que genera una economía circular muy interesante para la ciudad. Pero así como los ciudadanos tienen que esforzarse en entender que es una fiesta que genera mucho beneficio, las falleras y los falleros deben entender que su fiesta invasiva debe ir acompañada del máximo cuidado y trato amable con los vecinos.

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