Los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Gandia retiraron la madrugada de ayer, miércoles, unas 320 toneladas de restos de las fallas que quedaron esparcidos por las calles después de la cremà de los 23 monumentos mayores e infantiles que se plantan en esta ciudad.

Según el concejal de Servicios Básicos, Miguel Ángel Picornell, esas labores quedaron entorpecidas por la fuerte lluvia caída durante un rato alrededor de las 4 de la madrugada. Eso hizo que la arena sobre la que se colocan muchos monumentos, unida a la ceniza de la cremà, se convirtiera en un espeso fango, más pesado, dificultando así la limpieza. Unas 40 personas, entre operarios y encargados de coordinación, participaron en las labores, iniciadas inmediatamente después de la ciudad quedara desierta.

También en la mañana de ayer las comisiones procedieron a retirar las carpas que se habían instalado junto a las fallas, y la normalidad fue total en la circulación viaria. Durante la jornada Gandia presentó una imagen mucho más tranquila que en un día normal. Establecimientos hosteleros cerraron sus puertas por descanso del personal tras una frenética semana de aglomeraciones.