Las alumnas y los alumnos del colegio Sant Antoni de Pàdua de Xeresa han ejercido en los últimos meses de «detectives» de su entorno. Entre enero y mayo, los cursos de quinto y sexto de primaria (11-12 años) han llevado a cabo una investigación que les ha permitido hacer un diagnóstico de las necesidades que, a su entender, tiene la localidad.
La iniciativa ha sido organizada por Cruz Roja gracias a una subvención de la Generalitat y la Diputació de Valencia. Se enmarca dentro del proyecto que lleva a cabo la entidad para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la ONU para el 2030. Este centro escolar es el único de la Safor seleccionado para participar en este proyecto, que se lleva a cabo en otros tres colegios de la provincia.
En concreto, el alumnado de Xeresa se ha centrado en el objetivo número 11 de los que marca la agenda de la ONU, «Ciudades y comunidades sostenibles».
El proyecto ha estado coordinado por la técnico de cooperación, Mar Pinteño del Haro, que acudía una vez al mes al centro para trabajar las diferentes cuestiones con las niñas y los niños.
El alumnado se ha dedicado a hacer entrevistas a vecinas y vecinos del pueblo. Con unas pautas y una plantilla de preguntas fijada en las sesiones en el aula, acudían a los parques, tiendas o simplemente por la calle para recoger la opinión de los vecinos respecto a diferentes cuestiones medioambientales.
Finalmente, los escolares han elaborado un documento con ocho problemas que han detectado y también las posibles soluciones que proponen. Ayer acudieron al ayuntamiento para presentarlo ante el alcalde, Tomàs Ferrandis, quien les agradeció el trabajo y les animó a «ayudar» a que se lleven a cabo.
Las propuestas
Lo primero que propone el alumnado es un mejor mantenimiento del lavadero municipal, el cual, dicen, está «sucio y lleno de residuos contaminantes», algo que, «le da muy mala imagen». Por ello piden que «haya un mantenimiento adecuado y se instalen más carteles informativos para concienciar». En segundo lugar reclaman la creación de zonas para que los animales «hagan sus necesidades», mayor cuidado de las zonas deportivas, aumentando la limpieza de los baños o instalando más papeleras y reparando el cercado. También proponen invertir más en el mantenimiento de las montañas, mejoras en la biblioteca con la instalación de nuevos ordenadores porque los actuales «hay veces que no funcionan bien» y hay libros «que están incompletos porque faltan hojas». Otro punto interesante que piden al consistorio es la conservación de las casas abandonadas, que presentan gran deterioro, lo que «puede causar algún accidente y mala impresión del pueblo». La séptima propuesta es el cambio de lugar de contenedores en algunas calles de la localidad y la última habla del deterioro del Skate Park.
Para el director del centro, Toni Jiménez, ha sido una experiencia «muy positiva» porque «la han desarrollado ellos desde el primer momento». El docente apunta que esta actividad «les permite ser partícipes en hacer un municipio más sostenible y ser más solidarios».
