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Una jueza prohíbe el alquiler vacacional de un piso de la playa de Gandia tras 10 años de molestias

Los vecinos narran episodios como el lanzamiento de heces y hasta un colchón por la venta, la rotura de elementos comunes o gritos y música alta

El edificio Jardín III de la playa de Gandia, donde se encuentra el piso que causaba molestias y que ha suscitado la sentencia. ximo ferri

Lanzamiento de heces, bolsas de basura, botellas de vidrio y hasta un colchón a la piscina, rotura de elementos comunes de la comunidad, como el ascensor, volumen de la música muy alta en plena madrugada, lanzamiento de petardos a otras terrazas, insultos al conserje, suciedad en zonas comunes con la presencia de latas de bebidas y resto de comida, uso de la piscina fuera el horario y rotura de un cristal y la persona de la vivienda tras dar un puñetazo que acabó con una herida y manchas de sangre en el toldo de otro piso contiguo, cuyos propietarios se encontraban desayunando en la terraza. Con toda esta enumeración resulta fácil imaginar el calvario que durante diez años han vivido los vecinos del edificio Jardín III, ubicado en la playa de Gandia, por la actividad de una de las viviendas, que era alquilada en los periodos con mayor afluencia turística a grupos de jóvenes que celebraban despedidas y fiestas en el piso.

Una jueza de Gandia acaba de poner fin a esta situación. Según una sentencia, a la que ha tenido acceso Levante-EMV, los propietarios del piso no lo podrán dedicarlo nunca más al alquiler vacacional. Se trata de un varapalo importante y una medida inédita hasta ahora en Gandia, ya que ese apartamento disponía de licencia de actividad paran poder dedicarse al alquiler turístico, y estaba inscrita en la Conselleria de Turismo de la Comunitat Valenciana dentro del Registro General de Empresas, Establecimientos y Profesiones Turísticas.

El inicio de la demanda data del 2017. En septiembre de ese año, tras innumerables requerimientos sin respuesta a los propietarios, la comunidad del edificio decidió presentar un proceso judicial que finalmente le ha dado la razón.

El texto judicial no impide el uso por parte de los propietarios, al considerar la magistrada que la utilización normal de la vivienda no tiene por qué suponer una molestia para el resto de propietarios.

La jueza considera a los dos dueños de este piso «responsables directos» de la actividad molesta que durante una década ha perturbado la tranquilidad del resto de propietarios o inquilinos de la comunidad de Jardín III, un bloque situado en la calle del Camp de Morvedre de la playa de Gandia. La sentencia ve probado que la actividad «es molesta».

Hasta 22 personas en el piso

El escrito judicial y la demanda se convierten en un relato del despropósito que durante más de diez años han soportado los vecinos. Uno de los testigos explica que incluso llegaron a tirarle un cubo de agua a su propia hija y narraba cómo tuvieron que soportar ver a grupos de jóvenes bañándose en la piscina desnudos a las seis de la madrugada.

Además, según la documentación que se analizó durante el juicio, queda acreditado que en una ocasión llegó a haber hasta 22 personas en el piso, que llegaban a dormir con mantas en el balcón del apartamento.

Por su parte, los demandados lo negaron todo. Apuntaron que la vivienda era ocupada habitualmente por ellos mismos o familiares y amigos y que el alquiler se producía «solo en contadas ocasiones» y que los daños que se narraban en la demanda podían haber sido provocados por otros propietarios del edificio.

Los vecinos que testificaron, sin embargo, apuntaban en sus declaraciones que nunca habían visto a los dos propietarios del piso problemático, ni en las zonas comunes, ni en la vivienda ni en las juntas de propietarios que se celebraban.

La sentencia judicial detalla que los alquileres se producían de lunes a viernes y los sábados y domingos en verano, además de Semana Santa y otras fechas señaladas, como Nochevieja, cuando la playa de Gandia recibe una gran afluencia de personas y también de grupos que quieren pasar allí una temporada.

Los dueños abandonaban el piso

Las molestias que se producían desde esta vivienda generaban incluso que algunos vecinos propietarios de pisos en el mismo bloque tomaban la decisión, forzada por las circunstancias, de abandonar el edificio y marcharse a otras casas de su propiedad a dormir porque no podían descansar por las noches.

La resolución impide el alquiler vacacional según el modelo que se estaba llevando a cabo hasta ahora. Sin embargo, no prohíbe la entrada a sus propietarios o los alquileres normales, es decir, a personas o familias que vayan a hacer un uso del piso durante largos periodos.

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