La comarca de la Safor constituye un claro ejemplo de la ausencia de inversión que se está llevando a cabo en proyectos de protección de la franja litoral frente a los embates del mar. No hay dinero ni siquiera para paliar situaciones que, como se constata una y otra vez, ponen en riesgo bienes públicos y privados cuando se producen temporales que acentúan la regresión del litoral.
La playa de la Goleta, al norte del término municipal de Tavernes de la Valldigna, y la franja situada al sur del puerto de Gandia, en el tramo hasta Oliva, constituyen esos espacios que, desde hace años, reclaman inversiones importantes para que los temporales marítimos no se sigan llevando la arena y, a veces, también las infraestructuras.
En ambos casos, el problema se origina por la existencia de enormes diques que frenan el aporte de sólidos en dirección norte sur. El espigón construido en la desembocadura del río Xúquer, en Cullera, atrapa la arena que tendría que depositarse en la Goleta. Y el enorme dique de protección del puerto de Gandia tiene exactamente el mismo efecto sobre los sólidos que alimentarían las playas de Daimús, Guardamar de la Safor, Bellreguard, Miramar, Piles y una parte de Oliva.
Diagnosticado el problema, también la solución sería la misma para ambas zonas. Los técnicos que en los últimos años han realizado estudios sobre la regresión de la costa y el avance del mar, un problema que irá a más por el incremento del nivel de los océanos que acarrea el calentamiento del planeta, indican que es necesario construir pequeños diques, algunos de ellos incluso sin que asomaran a la superficie del mar, para que ejercieran el papel de «parapeto». Su existencia retendría la arena y, según estiman, contribuirán a que las playas ganaran una parte de la superficie del mar.
De 380 a 57 millones en diez años
Pero he aquí que el Ministerio de Medio Ambiente, que es el único competente para realizar actuaciones que afectan al dominio público marítimo terrestre, ha reducido la inversión en este tipo de proyectos.
Lo acaba de constatar la Asociación Española de Empresas de Ingeniería, Consultoría y Servicios Tecnológicos (Tecniberia), que ha revelado que el presupuesto para la protección y conservación de las costas se ha reducido un 85% en los últimos diez años. Con este informe, la patronal de los ingenieros denuncia «el famélico presupuesto que se destina a la protección y conservación de los elementos que integran el dominio público marítimo-terrestre y la regeneración y recuperación de costas».
Según Tecniberia, este año se han presupuestado 57 millones de euros en toda España, «cifra que queda muy lejos de los 380 millones que se invirtieron en 2009 y que ratifica el gran recorte» en este tipo de actuaciones. Se trata de una drástica reducción que alcanza el 85%.
Además de esos datos, añade que la Administración está actuando «a golpe de emergencias», invirtiendo la mayor parte del dinero en obras de reparación, cuando ya se han producido los daños, en vez de diseñar proyectos de prevención.
«El resultado de ello es una planificación inadecuada, ya que no se elaboran apenas proyectos previos y en los escasos que se licitan se hace con presupuestos muy bajos y sin primar la calidad», señala Tecniberia.
La entidad indica que desde hace cinco años «viene apreciando una falta de mantenimiento del litoral», y también que «ahora es más necesario que nunca paliar las consecuencias del cambio climático, como son la elevación del nivel del mar y otros fenómenos catastróficos ya conocidos».
El informe de Tecniberia recuerda la importancia de las zonas costeras para un país tan turístico como este y propone «reflexionar sobre la importancia de planificar y realizar estudios», así como la «imperiosa necesidad» de que se aumente de forma considerable el presupuesto para no tener que lamentar daños cada vez que se produce un fuerte temporal marino.
