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Miramar registra la temperatura mínima más alta de la Comunitat Valenciana con 26 grados

? Las llamadas «noches ecuatoriales» ya comienzan a ser habituales durante el tiempo de la canícula

Los efectos del calentamiento del planeta, con datos que acaban de revelar que el pasado mes de julio ha sido el más cálido en la Tierra desde que se tienen registros fiables de temperatura global, también tienen su consecuencia a nivel local con un endurecimiento de las condiciones para soportar el verano.

Para prueba, el botón de la noche de ayer, martes, cuando la comarca de la Safor registró la temperatura mínima más alta de toda la Comunitat Valenciana. En concreto, en el observatorio que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tiene en el municipio de Miramar el mercurio no bajó en toda la noche de los 26 grados. Y el dato no fue una excepción porque en la vecina localidad de Oliva ese mismo registro se situó en los 25,5 grados.

Según datos que facilita Aemet y de los que se pueden obtener de las muchas estaciones meteorológicas de aficionados repartidas por el territorio de la Safor, durante las semanas de la canícula veraniega el problema ya no son las llamadas «noches tropicales», que son aquellas en las que el termómetro no baja de los 20 grados, sino que ahora ya se producen numerosas «noches ecuatoriales», terminología que describe los episodios en que la temperatura está toda la noche por encima de los 25 grados. Eso es lo que ocurrió el lunes en buena parte del litoral de la Safor, como atestiguan los datos de Miramar y Oliva, pero también los de Gandia o Tavernes de la Valldigna.

Pero los registros altos también fueron la tónica habitual incluso en las zonas más frescas de la comarca. Ni siquiera en Barx, el municipio situado a mayor altura, se bajó de los 20 grados.

Esta situación se suma al impresionante episodio de sequía que sacude a la comarca. Desde el pasado mes de abril, cuando las lluvias arruinaron buena parte de las celebraciones de la Semana Santa en todas las localidades de la comarca.

Desde entonces se abrió un periodo en el que las lluvias han sido, en muchas zonas, prácticamente nulas, algo que ya se nota en los cultivos, en la sequedad de las montañas y en los marjales, que vuelven a bajar en su nivel.

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