Empezó en los bares, restaurantes, pubs, discotecas y demás espacios públicos cerrados. Se extendió a parques y entornos de colegios y hospitales y, ahora, el foco está puesto en la playa. Con la iniciativa del Ayuntamiento de Oropesa del Mar (Castelló) de prohibir llevarse el pitillo a los labios en una de sus playas se ha abierto un debate al que no han tardado nada en apuntarse otras ciudades. La última en hacerlo es Gandia. El verano que ahora languidece podría ser el último en el que se puede fumar en el litoral gandiense, al menos en la zona de la playa de l'Auir, ubicada al norte término municipal.
Los departamentos de Turismo, que dirige Vicent Mascarell, y Medio Ambiente, cuya titular es Alícia Izquierdo, han abierto la posibilidad de declarar l'Auir como espacio libre de humo de cara al periodo estival del 2020. En los próximos meses, el ayuntamiento llevará a cabo diferentes trámites para conocer las competencias que dispone para implantar esta medida, así como poner en marcha diferentes estudios técnicos que sirvan para sustentar una prohibición que también estudia la localidad de Cullera.
La elección de l'Auir para convertirse en el primer tramo de playa donde no se pueda fumar se debe a sus especiales características, ya que se trata de una playa totalmente natural, no urbanizada, que está protegida y sobre la que rigen importantes restricciones marcadas por el Pativel. «Es una zona susceptible para poder eliminar el tabaco entre los usuarios», indicaba el responsable de Turismo, Vicent Mascarell.
El ayuntamiento pretende que el sector turístico ofrezca también su punto de vista respecto a esta cuestión, de ahí que otra de la labor que se llevará a cabo en los siguientes meses será la de mantener reuniones con los diferentes agentes.
Escollo competencial
El principal escollo para el ayuntamiento puede ser competencial. Aunque, en principio, la administración local tiene capacidad para regular en espacios públicos, la playa pertenece a Costas, por lo que los servicios jurídicos tendrán que evaluar el alcance de la prohibición, especialmente en lo que al régimen sancionador se refiere. Lo que sin duda puede ejecutar el consistorio son medidas disuasorias como la instalación de carteles en los que se alerte de la prohibición.
El Gobierno local quiere que, si finalmente se implanta, la norma se convierta en una prueba piloto para evaluar si tiene buena acogida y es posible extenderla al resto de la playa, una decisión en la que también tendrá mucho peso lo que piense el sector turístico, como aseguraba Mascarell.
El ayuntamiento deslizaba ayer esta nueva propuesta, después de que se hiciera pública la iniciativa del hotel Villa Luz de la playa, que cambia un vaso lleno de colillas de cigarrillos por otro con cerveza. Las polémicas por la prohibición de fumar en espacios públicos quedan ya lejos y cada vez está más aceptado socialmente que se ponga coto al tabaco.
