En el nacimiento de iniciativas ciudadanas como Plàstic Preciós ha tenido mucho que ver el impulso que el Gobierno de Gandia está dando, sobre todo desde la pasada legislatura, al proyecto «Gandia, ciutat reciclada», desarrollado por la Concejalía de Gestión Responsable del Territorio compuesto de diferentes programas de educación ambiental.
En la plaza de l'Escola Pia se exhibe estos días el árbol de Navidad de 7 metros que se confeccionó el año pasado con 6.000 botellas de plástico, que en su día ayudaron a recoger voluntarios de Cruz Roja y escolares de la ciudad. Tras las pasadas fiestas navideñas, en vez de tirarlo, se trasladó al parque d'Ausiàs March. «No hemos hecho otro porque el objetivo es precisamente concienciar a la población de lo que dura el plástico que tiramos, de hecho un año después a la intemperie está intacto», señala la concejala Alícia Izquierdo.
En junio se celebró con una fiesta infantil la finalización de los trabajos del mural situado junto a la pasarela.Para su elaboración se emplearon dos años, ya que participaron más de 3.000 niños de 17 colegios, aportando elementos como 60.000 tapones de plásticos, vidrio reutilizado o cedés.
Además, para ese mismo parque de Ausiàs March, en la zona verde que antes era una campa, Gandia compró cinco papeleras fabricadas con plástico reciclado, de CM Plastik, una empresa de Alginet. Son algo más caras que las de madera, pero con esta adquisición el departamento municipal, entonces dirigido por Xavier Ródenas, demostró su apuesta por la economía circular.
Por otra parte, el Gobierno local también realiza campañas de concienciación y apoya el festival RRRR!, organizado por el Teatre del Raval. El certamen de arte y reciclaje, que en octubre celebró su cuarta edición, persigue concienciar sobre las dificultades que entrañan la generación y la gestión de los residuos.
