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Informe

Un estudio revela el escaso atractivo de Gandia ciudad para el turista de verano

Durante los meses de julio y agosto apenas existe movilidad entre la playa y los principales espacios culturales y patrimoniales

Un estudio revela el escaso atractivo de Gandia ciudad para el turista de verano

No cabe duda de que Gandia es una ciudad que cuenta con innumerables recursos para atraer visitantes. La ciudad ofrece posibilidades que van desde el patrimonio hasta la gastronomía, pasando por la cultura, los espacios naturales o el comercio, entre otros. Pero la mayoría de turistas que elige la capital de la comarca de la Safor como destino para sus vacaciones quiere, rotundamente, sol y playa. Busca la conjunción de estos dos elementos y todo lo que ello conlleva: tomar el sol y bañarse desde la mañana hasta la hora de comer, siesta y salir a la calle por la tarde para pasear por la fachada marítima.

Todo esto no es para nada nuevo, pero un estudio llevado a cabo dentro del proyecto Alter Eco para la mejora de la eficiencia en inversión turística ha confirmado que Gandia ciudad es, en verano, para quienes siguen con su rutina habitual.

El estudio se realizó durante el 2018 y recogió datos de los teléfonos móviles en cinco puntos del paseo marítimo de Neptú de la playa y en zonas de afluencia de visitantes de la ciudad, como el centro cultural de la Casa de la Marquesa, la plaza Major, el Museu Faller o el Prado, entre otras. La monitorización se llevó a cabo durante todo un año entero para comparar la presencia de visitantes fuera de la estación principal, que es el verano. Cada vez que un terminal con el wifi encendido pasaba por los puntos donde se instalaron los sistemas de recogida de datos quedaba registrado. Ese método ha permitido conocer la movilidad de los turistas que visitan Gandia.

El trabajo revela que durante los meses de verano apenas hay una correlación de personas entre la playa y la ciudad. Es decir, quienes llegan para alojarse en hoteles o apartamentos de la costa no visitan los puntos de interés en Gandia. Dicho de otra forma, el turismo de patrimonio, museos y espacios naturales no interesa al cliente de verano.

En el estudio se recoge como ejemplo el 6 de agosto del 2018. Ese día se aprecia claramente que menos de un 1% de personas que fueron registradas en la playa se acercaron a la ciudad. En cambio, un 38% de quienes fueron detectados por el dispositivo instalado en el tramo 1 del paseo marítimo se desplazaron hasta el 2, un 18% hasta el 3, un 22% hasta el cuarto y un 17% hasta el 5. Por otra parte, en esa jornada (que se toma como referencia pero refleja la tónica general del verano) sí que hubo un importante flujo de personas que iniciaron su camino en la ciudad y acabaron en la playa. Así, un 23% de turistas cuyos datos se registraron en la Casa de la Marquesa fueron recogidos más tarde por los dispositivos de la playa, mientras que un 15% de los que iniciaron su andadura en el edificio del Palau Ducal la acabaron en el paseo marítimo.

En este punto, el trabajo revela que existen franjas horarias bien diferenciadas sobre el comportamiento de los turistas que veranean en Gandia. En el tramo que va desde las 11 de la mañana hasta las 14 horas, una persona se mantiene generalmente en el mismo punto. Sin embargo, como se puede leer en el estudio, entre las 23 y las 23.59 horas «existe un movimiento general de personas», es decir, la gente se desplaza por el paseo marítimo.

Otro dato que refuerza la evidencia de que la ciudad no atrae excesivamente al turista veraniego es la escasa diferencia de afluencia de visitantes que existe en la ciudad entre los meses de verano y los de otoño e invierno. Según el estudio, «la estacionalidad no afecta ni a la afluencia ni al perfil, por lo que se puede constatar que no existe correlación entre verano e incremento de afluencia». Lo que viene a decir es que durante los meses de julio y agosto las visitas a los monumentos de la ciudad son prácticamente las mismas que durante el otoño.

Lógicamente, el trabajo también constata la alta estacionalidad de la playa de Gandia. La tercera semana de octubre marca el fin definitivo de la temporada alta en la playa. Es a partir de ese momento cuando la presencia de turistas baja de forma más drástica, después de que, durante las anteriores semanas, contando desde la tercera de agosto, el descenso fuera progresivo. Probablemente, este hecho esté relacionado con el perfil y la preferencia del veraneante que llega a la capital de la Safor.

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