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«Es necesario romper con el silencio»

Familiares de víctimas del franquismo de Oliva crean una asociación para recuperar los cuerpos de Paterna, Gandia y Sueca - 67 personas, entre ellas dos alcaldes, fueron fusiladas tras la guerra - La ciudad levantará un memorial en el cementerio

«Es necesario romper con el silencio»

«Defender los derechos humanos es reivindicar la memoria». Con esas palabras presentó ayer Teresa Llopis la nueva Asociación de Familiares de Represaliados y Represaliadas por el Franquismo de Oliva (ARFO) que, como el resto de colectivos surgidos a partir de la Ley de Memoria Histórica, pretende visibilizar a las víctimas, especialmente aquellas que pagaron el precio más alto de la represión y fueron fusiladas tras los juicios sumarísimos, casi siempre una farsa, al término de la guerra civil. Según el balance realizado por los historiadores, de Oliva pasaron por los siniestros paredones del franquismo 67 personas, de las cuales 48 acabaron su vida en el cementerio de Paterna, otras 11 en el Gandia y las restantes 8 en el Sueca. Y en esa relación hay dos alcaldes de la ciudad, Félix Vallecillo López de Medina y Lorenzo Calatayud Colom.

Tres son los objetivos de ARFO. En primer lugar, llamar la atención de los descendientes de esas 67 víctimas para que contacten con ellos y puedan gestionar trámites para recuperar los cuerpos de las fosas comunes en las que fueron depositados. En la medida de que así lo quieran las familias se procedería a un entierro digno.

«Después de ochenta años, muchos de ellos volverán a Oliva, su pueblo, y seguro que la ciudad los querrá reconocer y recordar», dijo en ese acto Teresa Llopis, presidenta de la asociación. A su lado en salón de plenos del ayuntamiento, arropando esta iniciativa, estuvieron el alcalde, David González, la vicealcaldesa, Ana Morell, y el concejal de Memoria Histórica, Josep Escrivà.

En segundo lugar, la nueva asociación quiere contribuir a rescatar las vidas de los represaliados, en muchos casos ocultadas durante décadas por los familiares, durante el franquismo por temor y después por vergüenza. Así ARFO anuncia que organizará actos para difundir quiénes eran aquellas personas y promoverá la construcción de un memorial en el cementerio municipal en el que, como dijo Llopis, se puedan inscribir los nombres de todos los fusilados olivenses. Como también señala a este periódico Maria Frasquet, una de las familiares de la asociación, «esas personas estuvieron aquí y en la actual situación es como si nunca hubiesen existido».

En tercer lugar, ARFO apunta otro objetivo que consiste en reconocer y dignificar el papel de las mujeres que perdieron a sus maridos y que sufrieron esa otra forma represión que fue quedar para siempre marcadas por el régimen franquista. Muchas tuvieron que irse de sus pueblos para pasar desapercibidas. «Esas viudas», añade Frasquet, «tuvieron la dignidad y la valentía de educar a sus hijos sin rencor y trasmitiéndoles valores democráticos». Ochenta años después sus hijos o sus nietos que recibieron esas ideas lideran la búsqueda de sus padres o abuelos para sacarles del olvido.

«Es necesario romper con el silencio. Esa tarea es de todos y todas, y no entiende de colores políticos», dijo Teresa Llopis, quien, coincidiendo con el resto de asociaciones de este tipo, indica que «ha llegado el momento de afrontar con un talante conciliador e integrador, pero también reivindicativo, este silencio sufrido por nuestras familias y devolverles al lugar que merecen en la historia más reciente de la democracia».

En nombre de la Corporación municipal, el alcalde, David González, reiteró el apoyo de la institución a los familiares y a cuantas acciones se dirijan a recuperar la memoria de los represaliados del franquismo por ser «una causa de toda la sociedad, más allá de las ideologías», y concluyó agradeciendo que ARFO eligiera el salón de plenos para este acto por ser el lugar «donde se reúne la representación democrática de Oliva».

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