MUSEU FALLER DE GANDIA
La declaración del estado de alarma en marzo fue como un torpedo directo al Museu Faller de Gandia, precisamente en el mes en el que concentra el 90% de sus más de 2.000 visitas anuales. Por ello, sus dos gestores, Pau Plana y Alberto Bou, además de acogidos al ERTE, están desolados. «Desde 2010 íbamos creciendo en todo hasta que llegó la epidemia». No hay visos de reabrir el museo, que además alberga un auditorio. La Federació de Falles media para encontrar alguna solución.