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Ecologistas denuncian la presencia de motos que destrozan sendas forestales

Pese a la prohibición los vehículos siguen usando caminos que sus ruedas de tacos descarnan - Agentes ambientales reconocen que es muy difícil sorprenderlos y que casi no se ponen multas

Ecologistas denuncian la presencia de motos que destrozan sendas forestales

Cada año asociaciones ecologistas y excursionistas, muchas veces en colaboración con los ayuntamientos, llevan a cabo acciones de mejora y reposición de sendas de montaña que, paralelamente, motos de cross destrozan cada fin de semana a pesar de que tienen prohibido circular por esas vías forestales.

En la Safor el problema se extiende por todas las áreas de montaña, pero, por la densidad de motos, resulta especialmente significativo en el macizo del Mondúver y en los caminos que llevan hacia Pinet, así como en el área comprendida entre Villalonga y l'Orxa.

Hace apenas unos días el colectivo Corresendes de Xeresa llamaba la atención sobre el tema. Sendas de montaña que, con la fuerza de las ruedas con duros tacos de goma, quedan descarnadas, solo a la espera de que una lluvia intensa acabe por destrozarla.

Varios agentes forestales de la Generalitat confirman que el problema no se detiene porque las denuncias son escasísimas en comparación con la actividad de motos y quads con ruedas de tacos que, en todas las épocas del año, circulan por estas áreas.

La Generalitat, administración responsable de la gestión en los montes, prohíbe las motos de cross en todas las vías de menos de cuatro metros de anchura y, además, cuando usan esas pistas deben llevar ruedas especiales y circular a muy baja velocidad para no remover la arena y las pequeñas piedras. En el caso de los quads la prohibición de paso es total, dadas sus características y capacidad de desmontar los caminos.

«El incumplimiento es constante», indican los forestales, que añaden que el control se hace casi imposible porque muchos motoristas, cuando aprecian la presencia de los agentes, los esquivan con facilidad porque conocen perfectamente la red de senderos por la que se mueven. «Es complicado encontrarles, incluso cuando nos situamos en los dos extremos de las sendas», añade el forestal.

Tampoco los municipios, que podrían sancionar, colaboran, según indican los amantes de la montaña. Son una excepción los ayuntamientos que se han rebelado, como ocurrió hace años en Ròtova, situando señales en los accesos a las principales sendas prohibiendo el paso de motos. Aun así, en muchos casos se incumple.

Afección al medio y a la fauna

Los vehículos a motor incluso invaden áreas protegidas, como es el caso del Mondúver, donde, a los daños físicos en los caminos y sendas, se añade el ambiental, porque el ruido de los motores ahuyenta fauna especialmente sensible a la presencia humana, como es el caso de aves rapaces en periodo de reproducción.

«A veces, cuando vemos a un grupo de motoristas, les recordamos la norma, pero generalmente nos responden que ya lo saben y siguen», indica un excursionista de Corresendes de Xeresa que lamenta esa flagrante vulneración de la norma que ha derivado en discusiones en plena montaña.

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