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«Era la asignatura pendiente de mi vida, traer a mi padre junto a mi madre»

Los familiares que han promovido la exhumación se muestran satisfechos por conseguir identificarlos

«Mi abuela también murió el día que a mi abuelo se lo llevaron. Le cambió la vida para siempre». Son las palabras de Magdalena Almiñana Solanes, nieta de uno de los cuerpos que ya ha podido ser identificado, concretamente el de Juan Bautista Solanes González. Su madre, que aún vive, es la hija del fallecido y en sus momentos de lucidez «llora y se muestra muy contenta por que, por fin, su padre vaya a poder descansar junto a su madre», explica emocionada Magdalena. Y es que ese era el deseo de la familia, disponer del cuerpo para poder enterrarlo junto a una esposa. «Por fin podrán cumplir lo que querían, que era estar juntos», señala. La mujer apunta que este momento «era algo que esperábamos desde hacía mucho tiempo» y se muestra feliz porque «mi abuelo vuelva a su pueblo, el lugar del que nunca debió salir».

José Pons Duato es otro vecino de Tavernes que también ha visto cumplido su deseo de encontrar a su abuelo entre el centenar de cuerpos que fueron extraídos de la fosa 112. Es nieto de José Duato Ferrer, cuyo oficio era la fabricación de carros y otros enseres, como muebles. Aunque su madre no vive, lograron extraer el ADN de un tío que ya es muy mayor pero que ya conoce la noticia. «La familia está muy contenta. Su hijo y yo, que hemos estado en todo el proceso, estamos muy satisfechos», apunta José Pons. Este vecino de Tavernes asegura que su esperanza era «que pudiera descansar con dignidad junto a sus seres queridos».

«Es doloroso»

A sus 81 años, Pepita Peiró González dice que ha cumplido «la asignatura que tenía pendiente». No es otra que la de encontrar a su padre, José Peiró Calabuig, «que era lo que mi madre siempre había querido». «En casa existe mucha satisfacción», indica. Pepita dice que para ella «era algo impensable, nunca me hubiera imaginado poder encontrarlo y traerlo para que descanse junto a mi madre». Aunque se siente satisfecha, reconoce que «no es motivo de alegría, porque es doloroso por todo lo que nos ha hecho recordar». «Pensaba que este día no llegaría».

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