La tremenda barrera de hormigón que supone el azud d'en Carròs, que interrumpe el cauce natural del río Serpis entre las localidades de Villalonga y Potries, está impidiendo desde hace años que las anguilas, una especie protegida, puedan superarla en su migración aguas arriba.
El resultado es evidente. Desde ese punto del río hacia el mar se encuentra esta especie, que también es muy apreciada en la gastronomía, pero aguas arriba su presencia es escasísima, y se supone que las que hay corresponden a las que se han reproducido a partir de las sueltas que ha llevado a cabo el departamento de Medio Ambiente de la Generalitat en los últimos años.
Son datos que acaba de revelar el Centre Excursionista la Madrilla de Potries correspondientes a un estudio de ictiofauna llevado a cabo recientemente con la autorización de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica.
Según señala el colectivo ambientalista, aguas abajo del azud d'en Carròs, que desvía el agua hacia los Canales Bajos del Serpis, se encontraron con una concentración importante de anguilas. El animal se pudo observar desde la desembocadura, en Gandia, hasta la barrera de hormigón del término de Villalonga.
Por contra, en las muestras de fauna fluvial que se realizaron desde ese punto hacia arriba no apareció ni una sola anguila. Aun así, la Madrilla señala que anguilas hay en ese tramo del río porque en otra ocasiones se han hallado, pero siembre en una cantidad muy inferior a las que existen aguas abajo del azud.
Advertencia hace un año
El análisis de esa situación no es complicado. Los expertos que estuvieron trabajando en este estudio ambiental comprobaron que el azud d'en Carròs dispone de una escalera de remonte para que distintas especies de animales fluviales puedan migrar, pero el problema es que esa infraestructura ni reúne un diseño eficiente ni está siendo objeto de un correcto mantenimiento.
Así, el Centre Excursionista la Madrilla comprobó que la escalera presenta una considerable acumulación de piedras, crecimiento de cañas y el taponamiento de la entrada y salida del sistema. Así, obviamente, es casi imposible que una anguila o cualquier otra especie de la fauna del Serpis pueda superarla.
«Esta ineficacia de la escalera de anguilas ya fue advertida por la Madrilla a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) en abril de 2019, pese a lo cual desde entonces ni se ha mejorado el sistema de remonte ni se ha comprobado una mejora en el mantenimiento de esta infraestructura», señala el colectivo ambientalista de Potries.
En ese punto cabe recordar que, además de la responsabilidad que recae en la CHJ, también tiene competencias la Generalitat Valenciana, dado que se trata de preservar la fauna fluvial de un río que, desde el nacimiento a la desembocadura, es el origen y centro de un espacio protegido por la Administración autonómica.
