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Gandia suspende obras nuevas para cambiar la imagen a la playa antigua

El ayuntamiento acota un espacio de 300.000 metros cuadrados entre el puerto y el hotel Bayrén para aplicar en el plazo de un año medidas urbanísticas que hagan más atractiva la zona

Una de las estrechas calles del núcleo antiguo de la playa de Gandia. | XIMO FERRI

La política urbanística de los años del llamado «desarrollismo» propiciaron, en la playa de Gandia, edificios altos y feos, calles estrechas y la ocupación de buena parte de las parcelas edificables que hoy, cincuenta años después, propician una imagen poco agradable, muy masificada y, consiguientemente, con escasa calidad urbana.

Hace años que el ayuntamiento estudia cómo poder paliar, en la medida de lo posible, ese punto negativo que arrastra la zona más turística de la ciudad, pero es ahora cuando se ha decidido a acometerlo en serio.

El Gobierno local, a propuesta del vicealcalde y concejal de Urbanismo, Josep Alandete, ha suspendido por el periodo de un año las licencias para obras de edificios de nueva planta en una extensa zona de casi trescientos mil metros cuadrados delimitada por la avenida de la Pau, el paseo marítimo de Neptú y las calles de la Armada Espanyola y del Clot de la Mota. Es decir, el espacio urbano que va desde el norte de la dársena portuaria hasta el hotel Bayrén, cuyo desarrollo y ocupación urbanística se inició en el primer tercio del siglo pasado pero que se intensificó, y se masificó, a partir de los años 60 y 70, cuando el turismo empezó a convertirse en una industria y el nombre de Gandia se identificó, como un paraíso de sol y playa, en buena parte de España.

La suspensión de licencias no afecta a obras menores en los actuales edificios, pero sí a las construcciones de nueva planta. Esos promotores deberán esperar al menos un año, periodo que se ha dado el ayuntamiento para aplicar modificaciones para «esponjar» y mejorar la densa trama urbana. Eso, según el concejal Alandete, se hará con las ideas y propuestas que aporten los técnicos y los ciudadanos, a través de un proceso de participación, pero ya se apunta la posibilidad de obligar a cumplir retranqueos en las estrechas calles, cesión de suelo para zonas verdes y obtención de espacios dotacionales, siempre manteniendo la edificabilidad de las parcelas, de manera que, como ya ha ocurrido en otras zonas, se podría acabar permitiendo una mayor altura de los inmuebles a cambio de dejar espacios libres a ras de suelo.

Los técnicos, y también el Gobierno local, consideran que esos cambios se dirigen a incrementar la calidad urbana de la playa más antigua y, así, hacerla más atractiva en todos los sentidos, también el turístico. En esa zona donde ahora no se puede construir a la espera de las nuevas normas existen numerosos solares con chalés y edificios de escasa altura susceptibles de acoger grandes edificios.

Alandete: «La playa, como la ciudad, tiene que ser un espacio más amable y saludable»

«La playa, al igual que el resto de la ciudad de Gandia, tiene que ser un espacio más amable, más saludable para el vecindario y el visitante, siguiendo la estrategia del Govern del Serpis de hacer del espacio urbano un factor fundamental de la mejora de la calidad de vida». Así se pronunció el vicealcalde y concejal de Urbanismo, Josep Alandete, al anunciar este proceso para cambiar las normas de construcción en la playa antigua. «Con un urbanismo participativo, cumpliendo los objetivos de desarrollo sostenible 2030 de la ONU en cuanto a las ciudades saludables, conectando con la etapa Covid que estamos viviendo, en la cual cada vez es más necesario dotarnos de espacios libres y saludables para los peatones», añadió el vicealcalde. levante-emv gandia

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