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Oliva se harta y exige al arzobispado que deje el solar del Ecuménico en su estado original

El gobierno local ha tratado infructuosamente de buscar una solución amistosa

Los cimientos, plancha superficial y los primeros pilares del Centro Ecuménico, tal como quedó la obra hace cerca de veinte años. | XIMO FERRI

El Ayuntamiento de Oliva no ha tenido más opción que actuar por las bravas, que en la Administración equivale a la vía judicial, para resolver de una vez por todas el larguísimo contencioso que lleva por nombre Centro Ecuménico el Salvador, aquel proyecto impulsado por el Arzobispado de València que se presentó como un edificio referente del cristianismo en todo el mundo y que acabó convirtiéndose, como es de sobra conocido, en un inmenso fiasco.

En concepto de promotor, el arzobispado, a través de la expresamente creada Fundación Templo Ecuménico el Salvador (Tecsal), incumplió reiteradamente los plazos para levantar la monumental estructura que se diseñó. Y eso fue así porque, en contra de lo que una y otra vez aseguró, el único dinero que llegó fue el que aportó la Generalitat Valenciana siendo presidente Eduardo Zaplana.

Con algo más de dos millones de euros entregados por la Administración autonómica, el arzobispado levantó los cimientos y los primeros pilares. Y ahí se quedó todo. De manera que el Ayuntamiento de Oliva, tras insistir una y otra vez y no ver resultados, aprobó en 2006 la reversión del solar municipal que había cedido. Una enorme parcela de algo más de 25.000 metros cuadrados en la urbanización de Oliva Nova, junto al mar.

La Fundación Tecsal recurrió judicialmente aquel acuerdo de reversión, pero los tribunales siempre dieron la razón al consistorio y ordenaron que el solar se inscribiera nuevamente en el inventario del patrimonio municipal, como así se ha hecho. Pero hay un segundo aspecto que el arzobispado sigue incumpliendo, y es el de financiar y ejecutar los trabajos necesarios para que ese solar vuelva a su estado original, es decir, se retire todo el amasijo de hormigón que quedó de la enorme obra inconclusa.

Sin respuesta al diálogo

Según señala la vicealcaldesa de Oliva, Ana Morell, durante mucho tiempo ha tratado de mantener un encuentro con representantes del Arzobispado de València con la finalidad de abordar esta cuestión y, en la medida de lo posible, alcanzar una solución amistosa, pero todo ha sido en vano.

De manera que el alcalde de la localidad, David González, ha tenido que firmar un decreto para pasar de las palabras a la acción institucional y obligar a que el solar se deje como estaba. En ese documento lo que el ayuntamiento exige no es más que el cumplimiento íntegro de la sentencia que obliga al arzobispado a asumir el coste de la operación, consistente en la retirada del hormigón para depositarlo en un vertedero controlado y allanar la superficie.

En el Gobierno local olivense temen que el decreto tampoco tenga respuesta en el arzobispado y reconocen que sería el paso previo a una nueva acción para que los jueces obligaran a ejecutar esa obra o, en su caso, a que la asuma el ayuntamiento de forma subsidiaria e intente cobrar después del arzobispado. En ese caso, el Centro Ecuménico el Salvador extenderá su historia a cerca de 25 años, pero no por las obras o por ofrecer noticias referidas a la promoción del encuentro ecuménico entre las diferentes confesiones cristianas, como era su objetivo, sino por los conflictos administrativos y judiciales que se derivaron de una evidencia absoluta, y es que la Iglesia nunca dispuso del dinero para un proyecto de esa envergadura y solo confió en la Administración, concretamente la Generalitat, para llevarlo a cabo.

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