La temida despoblación, el fenómeno por el que los pueblos más pequeños van perdiendo habitantes en favor de las ciudades, donde las nuevas generaciones buscan lugares con más servicios y oportunidades de cara al futuro, está obligando a los municipios a buscar fórmulas que eviten la sangría demográfica que muchos de ellos están sufriendo. En la comarca de la Safor, esta situación está afectando especialmente a los municipios del interior, a aquellas localidades que, además, no están precisamente sobradas de población.

Algunos ayuntamientos, como el de Llocnou de Sant Jeroni, han puesto el foco en asuntos como la natalidad y la educación de los niños y niñas para hacer de esta pequeña localidad un lugar atractivo en el que vivir. Para ello, el municpio concede 150 euros a las familias con hijos de uno y dos años. Se trata de una aportación anual, por lo que en total suma 300 euros durante los dos primeros años de vida de los pequeños. En estos momentos hay unos cuatro niños y niñas en la localidad cuyas familias se benefician de este ingreso.

Depoblación: en busca de una solución

Aunque no es una aportación muy alta, esta ayuda puede hace algo más llevaderos los gastos que supone la presencia de pequeños en una casa. Además, no se queda ahí. Porque a partir del tercer año, el propio ayuntamiento sigue apoyando a las familias, en este caso a través de la «escoleta» municipal, desde donde se canalizan las ayudas para la educación y formación de los pequeños. De ese modo se elimina o reduce otro desembolso para las familias «Ayudamos a nuestros vecinos y vecinas con hijos durante toda la etapa de infantil», explica a Levante-EMV el alcalde, Ricard Igualde.

En primaria hay un paréntesis en la aportación económica municipal, «porque ahí ya están las que otorga la Generalitat a través de sus diferentes programas», señala Igualde.

Pero las ayudas del ayuntamiento se retoman cuando los jóvenes pasan a secundaria. En este caso, la aportación del ayuntamiento va dirigida a facilitar el transporte de los estudiantes a los respectivos institutos. «De ese modo quedan cubiertas todas las etapas educativas», indica Ricard Igualde.

El alcalde reconoce que «la gente de Llocnou se está haciendo mayor y nos hacen falta familias jóvenes con hijos o que piensen tenerlos que se queden a o vengan a vivir en Llocnou», de ahí que se tomen este tipo de medidas para incentivar la natalidad.

Llocnou de Sant Jeroni, como otros municipios de la Safor, suman actualmente sus cifras más bajas de habitantes. Según los datos del padrón de 2019 el municipio tenía censadas 546 habitantes, el segundo menor dato desde el 1996 y después de que en 2018 se registrara la más baja, con 542. Otras localidades como Benifairó, Almiserà, Alfauir o Castellonet tambien han empezado a acusar la despoblación y están en cifras mínimas.

El Ayuntamiento de Benifairó de la Valldigna es uno de los que más ha agendado en los últimos años el asunto de la despoblación. El Gobierno local, encabezado por el alcalde Josep Antoni Alberola es de los que más empeño ha puesto en hacer atractivo el municipio para evitar la sangría de habitantes que viene experimentando. La localidad ha ido perdiendo vecinos de forma progresiva y registró el año pasado 1.571 censados, su padrón más bajo.

Despoblación: pueblos que se quedan vacíos e iniciativas en la Safor para evitar el despoblamiento.

Entre las iniciativas puestas en marcha por el consistorio de la Valldigna está la gratuidad de la «escoleta», que se sustenta con fondos públicos. Pero una de las actuaciones que más llama la atención es la utilización del urbanismo para atraer a familias jóvenes. ¿Cómo? Mejorando calles del casco histórico, donde existen un gran número de viviendas antiguas que están abandonadas. En su día, Alberola explicaba a Levante-EMV que la estrategia es modernizar el entorno, con calles mejor iluminadas y elementos urbanos más actuales. Esto puede hacer más llamativo vivir en Benifairó a personas jóvenes que buscan un entorno más tranquilo. El alcalde confiaba, además, a otro atractivo: el precio del suelo en el municipio. En la localidad, explicaba, se pueden adquirir viviendas o solares por cuantías mucho más económicas que en otras localidades próximas, lo que tambien puede acabar con el fenómeno de las viviendas vacías.

Eso podía atraer a parejas jóvenes de, por ejemplo, Tavernes, que buscan otro modo de vida más rural. La idea es que echen raíces en el municipio y que lleven sus hijos a la «escoleta» gratuita. El sistema, de hecho, ha dado sus frutos porque después de muchos años, el ayuntamiento durante el año pasado concedió varias licencia de obra para la reforma integral de viviendas antiguas que se han remodelado para hacerse más habitables.