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El Consell aprueba planes de ordenación urbana iniciados hace décadas

Varios alcaldes pidieron al conseller Arcadi España celeridad en los trámites para poder acometer el desarrollo de los proyectos urbanos

El casco urbano del pequeño municipio de Almiserà, en una imagen del mes pasado. | PERALES IBORRA

La Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad de la Generalitat ha comenzado a desbloquear planes generales de ordenación urbana (PGOU) estaban atascados desde hace años, incluso décadas. Los dos primeros de la Safor en ver definitivamente la luz son los de Palmera y Almiserà, que se empezaron a tramitar en 2006.

En la Safor existen otros PGOU que esperan la luz verde de la Conselleria de Política Territorial, e incluso que están a punto de caducar, lo que obligaría a reiniciar toda una serie de complejos documentos que requieren meses o años de trabajo para los técnicos.

Precisamente hace un mes y medio, durante un encuentro con el conseller Arcadi España que tuvo lugar en la Casa de la Marquesa de Gandia hubo dos alcaldes que le pidieron celeridad en esos trámites administrativos.

Así, Víctor Mansanet, alcalde de Simat de la Valldigna, se quejó ante el conseller de que «se tarde más de diecisiete años en tramitar un polígono industrial», porque el de esta localidad lleva con papeleo administrativo desde 2003. «Como ese suelo no se desarrolla, las empresas se marchan», se lamentó Mansanet.

En la misma línea habló la alcaldesa de Beniarjó, Eva Llinares, un municipio que empezó a redactar su PGOU en 2004 «y todavía seguimos esperando que se apruebe».

Fiebre del ladrillo y cambio de ley

En aquel encuentro el conseller de Política Territorial dijo comprender las quejas de los alcaldes, y ahora, cuando se acaba de aprobar la primera tanda de PGOU con Aielo de Malferit, Almiserà, Casas Bajas y Palmera, Arcadi España ha señalado que la dirección general de Urbanismo «realiza un notable esfuerzo de gestión con la finalidad de agilizar la aprobación de estos planes urbanísticos que llevaban muchos años de tramitación», añadiendo que la previsión es que «a muy corto plazo» salgan adelante otros documentos marco de planificación urbanística gracias a la implantación de aplicaciones informáticas que ha permitido agilizar los trámites.

Varios son los motivos del enorme retraso para concluir PGOU en municipios valencianos, e incluso de que algunos de ellos se deban anular y obligue a reelaborar los documentos. Por una parte, hubo ayuntamientos, especialmente entre los años 2000 y 2007, que, al albor de aquella fiebre urbanística abortada con la crisis económica surgida en 2008, proyectaron enormes extensiones de suelo apto para construir. En el recuerdo quedan zonas con campos de golf y miles de viviendas que, en todos los casos, no pasaron de bellas imágenes y grandes pretensiones.

En segundo lugar, desde aquellos tiempos la Generalitat ha modificado en varias ocasiones las leyes de ordenación del territorio, y ello afecta de lleno al planeamiento, por lo que obliga a actualizar muchos documentos que tardan meses.

Palmera protege la mayor parte del término municipal y logra el espacio que necesitaba para el nuevo colegio

El PGOU de Palmera protege definitivamente la mayor parte del suelo que antes no era urbanizable, alcanzando la cifra de 667.592 metros cuadrados entre zonas agrícolas, cauces de barrancos, caminos rurales o red de acequias. También se protege el patrimonio cultural, natural y paisajístico, con 37 elementos, especialmente en el núcleo antiguo. En cuanto a ensanches urbanos, se crea un Sector Urbanizable Residencial hacia el este de 44.304 metros cuadrados con reserva para viviendas de protección pública y de residencias permanentes en régimen de alquiler para personas mayores, con discapacidad o menores de 35 años. Un cambio a tener en cuenta es que se reduce de cuatro a tres las plantas autorizadas en los nuevos edificios y se adoptan medidas para la reducción del consumo de agua, energía y de los vertidos contaminantes. El PGOU incluye la reserva educativa necesaria para el nuevo colegio, cuyas obras ya están en ejecución, y reserva para zonas verdes la ribera del barranco, dando continuidad al actual parque. El planeamiento también garantiza el suelo para la futura ampliación del cementerio y regula la edificación y los usos del suelo, limitando las actividades en zonas residenciales e industriales para evitar conflictos por molestias.

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