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Un promotor completará el suelo urbano de Gandia en el linde con el Real

El espacio, de 19.900 metros cuadrados, combina pisos de renta libre y protegidos, área industrial y la conclusión de la Ronda de l’Anella

El sector llamado Benipeixcar-4, que se urbanizará próximamente, con la calle Músic Úbeda a la derecha, el solar de AutoGandia y la carretera de Albaida al fondo. | DANI MONLLOR

Gandia agotará en el plazo aproximado de dos años el suelo urbanizable situado junto al término municipal del Real de Gandia, constituido por una isla de 19.900 metros cuadrados comprendida entre la ronda de circunvalación de la N-332, la carretera de Albaida, el río Serpis y la calle del Músic Úbeda.

El promotor, propietario de la mayor parte de ese sector denominado Benipeixcar-4, ha presentado el programa sobre un suelo que es urbanizable desde 1983 y en el que están contempladas infraestructuras de gran importancia para la ciudad.

Según explicaron los concejales de Urbanismo y de Vivienda, Josep Alandete y Amparo Victoria, respectivamente, la alternativa elegida para el sector Benipeixcar-4 prevé la prolongación de la llamada Ronda de l’Anella, que parte desde el puente de la avenida del Raval y que ahora queda interrumpida, poco antes de llegar a la carretera de Albaida, por la zona industrial de la empresa AutoGandia. La conclusión de este vial, que discurre junto a l’Alquerieta de Martorell y el cauce del río Serpis, permitirá cerrar una infraestructura de circunvalación urbana muy importante para Gandia.

En cuanto al suelo edificable, la propuesta del promotor, que ahora ha salido a información pública, dibuja dos espacios. Uno, de carácter residencial, será un bloque de 62 viviendas de renta libre, y otro queda reservado a 20 pisos de protección. También surgirá un solar dotacional cuyo uso queda reservado a criterio del ayuntamiento. Todas estas parcelas estarán pegadas a los actuales viales en los que existen viviendas, integrando una única trama urbana.

El sector industrial, separado del residencial por un «espacio de transición» arbolado y por la Ronda de l’Anella, se situará junto a la actual nave de AutoGandia, la gasolinera de la carretera de Albaida y la ronda de circunvalación de la N-332, de manera que se evitan posibles molestias futuras a los vecinos.

El proyecto, como estaba previsto desde un primer momento, incluirá la eliminación de la rotonda provisional actualmente existente en el cruce de la carretera de Albaida con la calle del Músic Úbeda, dado que se construirá una definitiva y de mayores dimensiones en la confluencia de la carretera de Albaida con la Ronda de l’Anella, justo delante de la gasolinera y de la factoría de Tableros Faus.

Tres mil metros de zona verde

Entre los aspectos de esta urbanización figura que el promotor deberá contemplar la adquisición de tres mil metros cuadrados de zona verde situados en el entorno de l’Alqueria del Duc, ampliando así la propiedad municipal en aquella zona ambiental de gran valor caracterizada por los «ullals» del marjal.

Para el concejal de Urbanismo, Josep Alandete, esta urbanización traerá «efectos beneficiosos importantes, porque permitirá seguir construyendo esa ciudad amable, inclusiva, saludable, compacta, respetuosa con el medio ambiente y a la medida de su gente».

La concejala de Vivienda, por su parte, dijo que el proyecto se ha recibido positivamente por parte de los vecinos en una reunión de la Junta de Distrito celebrada recientemente. Amparo Victoria destacó especialmente el hecho de que se plantee un edificio para 20 viviendas protegidas a precios asequibles, por constituir una necesidad de Gandia, ciudad en la que existen tensiones en el precio del alquiler que dificultan el acceso a la vivienda para muchas familias.

Urbanización fallida al otro lado de la carretera de Albaida

Hubo un tiempo, hasta finales de la primera década de este siglo, en que los proyectos de urbanización surgían por doquier en la mayoría de ciudades, pero especialmente en la siempre dinámica Gandia. Uno de esos proyectos se presentó justo al otro lado de la carretera de Albaida, entre la fábrica de Tableros Faus y el casco urbano de Benirredrà. Los diseñadores de aquella actuación contemplaron una especie de montañas de tierra para separar la nave industrial de Faus de los bloques de viviendas y, así evitar, molestias por ruidos o humos. Con el tiempo, sin embargo, llegó la crisis del ladrillo, que golpeó a todos los municipios valencianos, y el proyecto decayó por falta de interés. El suelo, que presenta un cierto aspecto de degradación, sigue siendo urbanizable.

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