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Dos cuadros de Vicent Castelló de la iglesia del Beato se suman a la campaña Gandia Restaura

Las obras se han recuperado en el taller de la restauradora Patricia Montoro y se ha podido conservar la imagen original. El autor es uno de los más destacados pintores valencianos del siglo XIX

Patricia Montoro, Alícia Izquierdo y Vicent Pellicer, con las dos obras restauradas. natxo francés

El Ayuntamiento de Gandia ha llevado a cabo la restauración de dos cuadros más de su colección artística recuperadas gracias al proyecto municipal «Gandia Restaura». Ambas obras se encuentran en la iglesia del Beato.

La concejala Alicia Izquierdo, junto a Vicent Pellicer, director general de Patrimonio Cultural, y de la restauradora Patricia Montoro fueron los encargados de presentar las obras renovadas. Se trata de dos pinturas de carácter religioso, una titulada Coronación de la Virgen María y otra es la Ruptura de Gloria con la Eucaristía, realizadas por el pintor Vicent Castelló i Amat, uno de los alumnos más destacados y seguidor del célebre pintor valenciano Vicent López Portaña.

Castelló decoró muchas iglesias valencianas, de las que destacan los frescos de la vuelta de la iglesia del Salvador de València (1828-1829), la de Albalat dels Tarongers (1830), la de Xaló (1831), la capilla de la Virgen María de los Desamparados en Alcoi (1849-1850) y, además, pintó frescos en la iglesia de Bocairent (1851-1854) y los de la Asunción de la Vall d’Uixó (1859).

Alicia Izquierdo señaló que con esta iniciativa se trata de poner en valor y difundir el patrimonio artístico de la ciudad de Gandia y añadió que siempre han defendido que el sector cultural es también productivo y hay que apoyarlo, sobre todo en estos momentos tan difíciles.

Además la concejala explicó que por el momento estas obras no van a exponerse, sino que formarán parte de una exposición conjunta de todas las obras recuperadas del patrimonio local.

Vicent Pellicer explicó que el autor de las pinturas se ganó el prestigio tanto en el ámbito religioso como en el del bodegón y pintura al fresco. Además Pellicer contó que el artista obtuvo numerosos premios en concursos académicas a lo largo de su carrera, llegando así a formar parte del profesorado de la Academia de Bellas Artes de València de la cual fue nombrado director en 1859, un año antes de su fallecimiento, dejando un legado que le sitúan como uno de los máximos representantes de la pintura del siglo XIX.

Según el ayuntamiento, la presencia de estas dos pinturas en la ciudad de Gandia se debe a la relación del pintor con el duque de Gandia, que en esa época era el duque de Osuna (Pedro de Alcántara Téllez-Girón). En 1841 le encargó al artista que visitara Gandia para realizar un inventario de las obras de arte que quedaban en el Palau Ducal.

Por otra parte la restauradora Patricia Montoro señaló que en las dos obras se aplicó una restauración conservativa, con la intención de respetar al máximo la original, y explicó que son «dos cuadros diferentes con problemas distintos» y que se encontró con dificultades, como la tarea de limpieza, que fue muy delicada porque uno de ellos estaba muy ennegrecido y tenía manchas de insectos y en el otro tenía menos capas de barniz y peligraba la disolución de colores. Montoro también informo de que se han restaurado además los marcos originales de los cuadros.

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