Hasta 1,95 metros de altura y un peso aproximado de 1.000 kilos. Esa es la forma de ver que ha tenido Jesús Martín-Lorente «Chule» la barrera que los trabajadores de la sanidad han sido para los ciudadanos contra el coronavirus. Y así ha quedado plasmado en la escultura que desde hace unas semanas espera en el parque de Sant Pere a que en un par de años sea trasladada al que será su emplazamiento definitivo, el espacio sociosanitario de Roís de Corella.
Absolutamente todo salió del taller que el escultor dirige en su Tavernes de la Valldigna natal, un espacio del que surgió la idea, el diseño y la ejecución, que se fraguó antes de que se escuchara hablar del coronavirus y que cambió totalmente su concepción con el estallido de la pandemia.
El propio «Chule» explica a Levante-EMV cómo se fraguó este homenaje a los sanitarios y las sanitarias, que forma parte del proyecto «Cultura als Barris» del departamento que dirige el concejal Nahuel González.
«Siempre habíamos tenido claro que Roís de Corella se identificaba con la sanidad, por el hospital y por eso desde el principio la escultura iba a ir dedicada a los sanitarios y las sanitarias», señalaba. El transcurso de los hechos y la importancia que tomó el personal que trabaja en la sanidad desde las primeras semanas de aumento de contagios, con aplausos diarios a las 20 horas desde los balcones incluidos, hizo que se cambiara el concepto de la obra. «Entre Nahuel González, el concejal de Cultura, Juanjo Giner, director general de Participación Ciudadana, y yo, decidimos cambiar el proyecto inicial y readaptarla para que fuera un homenaje a los sanitarios por su lucha contra la covid», explicaba Martín-Lorente.
Fue así como surgió la idea de convertir a todo el personal sanitario en escudo de protección a la sociedad, que es lo que finalmente ha quedado plasmado en la obra ubicada en el parque de Sant Pere. Tanto el diseño como la ejecución ha salido de la cabeza y las manos de «Chule» y de los colaboradores con los que cuenta en su taller del Cambro, en Tavernes.
«Presenté el proyecto al ayuntamiento y me dieron su aceptación», indicaba el artista.
Así, el pasado mes de marzo finalizaban casi cuatro meses de trabajo para dar forma a esas figuras de sanitarios que, agarrados de las manos, protegen a una familia.
Para su creación, «Chule» ha utilizado trozos pequeños de acero corte, un tipo de material destinado a escultura de exteriores cuya oxidación llega a un punto que queda paralizada y se queda así para siempre, por lo que ese es el aspecto que se ha buscado en la obra que luce en Gandia.
«Es una técnica propia en la que utilizo trozos pequeños para hacer las curvaturas de las facciones de la cara. Corto piezas pequeñas para hacer la nariz u otras partes», explicaba el artista.
El resultado final es una escultura que alcanza los 1.000 kilos de peso, en la que la figura más alta llega a los 1,95 metros de altura sin contar la base.
Obras por toda Gandia
En los próximos años, se podrán ver por la ciudad de Gandia otras piezas de este artista de Tavernes. La primera de ellas, también dentro del proyecto «Cultura als Barris» fue el «Arbre de la Vida», que se ubicó en el distrito de Benipeixcar. Jesús Martín-Lorente «Chule» además es autor de «La lectora», una pieza de grandes dimensiones ubicada en la fachada de la Biblioteca Central de Gandia que representa a una mujer con un libro en la mano. Esta escultura estuvo durante varios años ante la Casa de la Cultura de Tavernes de la Valldigna. En los dos casos fue cedida por el propio autor, que sigue siendo el propietario de la misma.
