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Habrá fiestas, pero nadie sabe cómo

Piles abre el calendario el 26 de mayo que se cierra en octubre en Villalonga

Una imagen de la última entrada mora celebrada en Oliva, de julio de 2019. | XIMO FERRI

A estas alturas del año, a punto de iniciar el periodo de las fiestas locales o patronales, casi todos los alcaldes y concejales de la Safor encargados de diseñar los actos coinciden en una idea. Habrá fiestas, porque el año pasado casi todas se tuvieron que suspender, pero nadie alcanza a saber hasta dónde se podrá llegar en las actividades que se organicen.

Evidentemente, las limitaciones vendrán dadas, por una parte, por la prudencia y, por otra, por las recomendaciones u obligaciones que dicten las autoridades sanitarias con el fin de evitar rebrotes en la pandemia del covid-19 en medio de esta emergencia sanitaria.

Una ventena de autoridades locales consultadas ayer por este periódico señalan que están ya trabjando en el programa, pero, evidentemente, no es igual aquellos municipios que están a días vista de las celebraciones, como Piles, que los otros que miran a mayor distancia temporal, como es el caso de Gandia y su Fira i Festes de octubre.

Así, en Piles, que inaugura el calendario de fiestas patronales, el alcalde, David Morant, tiene claro que el 26 de mayo, día delpatrón, habrá fiesta. Al menos despertà, misa, actividades para niños y, si es posible, procesión. Todo, obviamente, cumpliendo las normas sanitarias.

En general, la sensación es de compás de espera. Alcaldes o concejales de Fiestas confían que si el proceso de vacunación sigue a buen ritmo, los vecinos podrán salir a la calle, algo que no pudieron hacer el año pasado. Hay coincidencia también en que no podrá haber actos multitudinarios, pero sí los dirigidos a niños y a mayores, si es necesario con aforos controlados, separados, sentados y con la mascarilla puesta.

Hasta dentro de unas semanas, quizás ya bien entrado el verano, no se contempla la posibilidad de paellas gigantes, verbenas, bailes de disfraces, comidas colectivas, desfiles de moros y cristianos, procesiones o similares, pero la concejala de Fiestas de Xeraco, Cora Rubio, señala, a modo de ejemplo, que la paella gigante de este año se hará con entrega de las raciones para que sean consumidas en cada domicilio. Los hay incluso que barajan la posibilidad de que las cenas populares, tan habituales en esas jornadas cálidas del verano, se puedan organizar a las puertas de cada vivienda y en grupos familiares o de amigos. El número de los comensales vendría siempre limitado por lo que decrete la Generalitat.

En ese regreso paulatino a una «normalidad», y siempre que la incidencia del covid-19 se mantenga a raya o se reduzca, los municipios optarán por secuenciar las actividades a lo largo del verano, en forma de semanas culturales o deportivas previas a las fiestas patronales. Y otra idea es que los días grandes, generalmente dedicados al patrón o la patrona, habrá celebraciones colectivas.

Pendientes de la Generalitat

En todo este proceso y en el hecho de que las fiestas locales no vuelvan a pasar por alto en el calendario, la Conselleria de Sanidad tiene mucho que decir. Las autoridades ya trabajan con los ayuntamientos para establecer las normas básicas, que deberán regir en cada momento y en cada lugar, dependiendo de si hay buenas noticias el virus comienza a superarse o si, por el contrario, hay que seguir esperando.

En el caso de los tres grandes municipios de la comarca y sus fiestas mayores, Oliva sabe que tanto la Fira de junio como los Moros y Cristianos de julio tampoco podrán ser normales este año, a pesar de que se conmemorar el centenario de esta fiesta. Tavernes de la Valldigna, que tiene en septiembre su semana grande, opta por esperar para ver qué se puede hacer. Y Gandia, con la Fira i Festes en octubre, ya tiene algunas actividades programdas, pero queda mucho todavía para saber hasta qué punto será una Fira más o menos normal.

Entre los motivos que empujan a dos ayuntamientos de la Safor a celebrar fiestas con las limitaciones a que obligue la crisis sanitaria, están dos aniversarios sonados: Gandia celebra este 2021 los 150 años de la existencia constatada del Tio de la Porra, el popular personaje que se encarga de anunciar la Fira i Festes en honor a san Francisco de Borja. Y Oliva el centenario de la celebración de los moros y cristianos.

Se trata de efemérides que ni los dos ayuntamientos ni, en el caso de Oliva también la Federació de Moros i Cristians, quieren dejar pasar, pero, como tantas otras fechas históricas, no habrá más remedio que adaptarse a las circunstancias, dado que no existe argumento que esté por encima de la salvaguarda de la salud y la vida de las personas.

Gandia y Oliva vienen trabajando desde hace un año en esas dos celebraciones. En Oliva precisamente el pasado fin de semana se inauguró una exposición retrospectiva de la fiesta, pero todos asumen que, tratándose de actos previstos para mediados de julio, difícilmente se podrán celebrar con una mínima normalidad. En Gandia la Fira queda para octubre y se confía en que entonces ya se registre una cierta normalidad.

150 años del Tio de Porra de Gandia y 100 de los Moros i Cristians de Oliva

Los dos ayuntamientos han trabajado para esas conmemoraciones, pero todo depende de la crisis

s.s. gandia

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