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Amante y amado Francisco Brines

El premio Cervantes experimenta la devoción que la ciudad le brinda y la unanimidad que su figura concita

Francisco Brines, en el centro con gafas oscuras, en la foto de grupo con la Corporación Municipal que le visitó tras la entrega del Premio Cervantes. | LEVANTE-EMV

Si además de su excelente calidad humana, de su intensa, profunda y conmoverdora poesía y de su cercanía con las personas hay algo que caracterice a Francisco Brines es que en él confluye una unanimidad de ida y vuelta. Todos están con él y él está con todos.

Esa agradable sensación de estar con un ser excepcional y al mismo tiempo próximo se pudo comprobar perfectamente en el acto de recepción a la Corporación municipal que tuvo lugar en la tarde del miércoles en su casa l’Elca, después de la visita que los reyes Felipe y Letizia realizaron horas antes para entregarle el Premio Cervantes.

Brines es, sin lugar a dudas, un hombre amado con quien todos quieren estar, y por eso el alcalde de la ciudad, David González, que fue el único que pudo acudir al acto matinal con los reyes, le pidió que después reservara un poco de tiempo para recibir a los concejales de su ayuntamiento, que también deseaban compartir ese momento tan importante. Brines, obviamente, aceptó a pesar de la fatiga acumulada durante toda la jornada. Y en ese momento, rodeado de los representantes de su ciudad, aprovechó para dirigirse a todos los grupos políticos solicitándoles que trabajen unidos mirando por el bien Oliva, el espacio del que siempre ha estado enamorado.

El amante de Oliva y el amado por Oliva apenas pudo estar media hora con los representantes municipales y después se fue a descansar, pero ese tiempo fue suficiente para que pudiera expresar, una vez más, ese mensaje de concordia y serenidad que el poeta ha llevado encima toda su vida y que tantas veces se vislumbra entre los versos de sus libros, en sus gestos y en sus sentimientos.

Durante la recepción los presentes le trasladaron su admiración de mil formas y, quizás con un poco de exageración convirtieron a quien también es Hijo Predilecto de Oliva en un ídolo con quien fotografiarse, como queriendo dejar para posteridad ese mensaje: «Yo estuve con Brines el día que le entregaron el Premio Cervantes y aquí está el testimonio gráfico».

El alcalde de la ciudad, David González, también contó ayer a este periódico algunos aspectos de la corta estancia de los reyes en l’Elca, que se produjo a mediodía del mismo miércoles. «Estuvieron muy atentos, muy cercanos», dijo González, quien recuerda que don Felipe y doña Letizia le expresaron su admiración por un lugar tan bello como el paraje de l’Elca.

El rey, que llegó con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, incluso trasladó a la primera autoridad local que lamentaba que las restricciones sanitarias a las que obliga la pandemia del covid-19 les hubiesen impedido visitar otros lugares de la ciudad. En respuesta a ese gesto, David González les trasladó, en nombre de la Corporación, la invitación de que en cualquier otra ocasión puedan estar en Oliva y conocerla con algo más de tiempo.

La pareja real, que momentos después se mostró especialmente afectuosa y cercana con el poeta que propició su visita, también se interesó por el ciclo agrícola, especialmente de la naranja, un cultivo predominante en el entorno de ese pequeño paraíso que es l’Elca.

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