La Setmana Cultural de la Gent Gran de Oliva, que se celebró entre el jueves y el domingo de la semana pasada, podría costarle un disgusto al ayuntamiento si se confirma que al menos en dos de los actos incluidos en el programa se vulneraron principios fundamentales de las normas anticovid. En concreto, que algunos de los jubilados participantes bailaran la tarde del jueves en el Hogar del Jubilado y, al día siguiente, en el Centre Polivalent.
Agentes de la Guardia Civil, alertados por algunos ciudadanos sobre ese posible incumplimiento, se personaron el jueves en el Hogar del Jubilado y allí vieron a varias parejas bailando, una actividad prohibida en el marco de las actuales restricciones decretadas para reducir la incidencia de la pandemia. También llamó la atención que se hubiese realizado una especie de procesión con la imagen de Sant Just, desde la iglesia hasta ese centro de jubilados, o que muchas personas no llevaran la mascarilla correctamente colocada sobre la cara.
Allí mismo los agentes hablaron con autoridades locales, a quienes les trasladaron que estaban incumpliendo las normas anticovid y que, consiguientemente, se levantaría acta.
Pero es que, pese a eso, al día siguiente, viernes, otra vez la Guardia Civil acudió al Centre Polivalent, en donde, animados por un grupo musical, volvió a comprobar que algunos de los jubilados que había en la celebración estaban bailando. Este hecho ha motivado la segunda acta de inspección, registrada en el propio ayuntamiento, que también ha sido remitida la Conselleria de Justicia e Interior y que determinará si los informes se traduce en denuncias y, en su caso, la cuantía económica. Algunas fuentes indican que permitir el baile de los jubilados podría ser considerado falta muy grave en estas circunstancias, con multa de entre 30.000 y 60.000 euros.
Según señalan fuentes consultadas por este periódico, después de lo ocurrido el jueves la Guardia Civil incluso advirtió a responsables municipales de lo inapropiado de llevar a cabo esas actividades, organizadas junto a las dos asociaciones de jubilados de la ciudad, pese a lo cual se mantuvo el acto del viernes, que también derivó en expediente.
Acusación y desmentido
En el día de ayer, al tener conocimiento de estos hechos, el departamento municipal de Gent Gran, que dirige la vicealcaldesa, Ana Morell, señaló, a través de un comunicado, que quien había telefoneado a la Guardia Civil para que se desplazara a la fiesta de los jubilados había sido el portavoz del PP, Salvador Llopis, pero este, en declaraciones a este periódico, no solo lo negó, sino que animó al Gobierno local «a que lea bien las denuncias» de la Guardia Civil, donde se señala que fueron vecinos, y no descartó adoptar acciones legales por esa acusación.
