En no pocos lugares la colocación se pancartas, lemas, símbolos o banderas en los balcones de los edificios consistoriales ha generado polémica. Ocurre, especialmente, en el entorno de la jornada del 14 de abril, cuando se conmemora el aniversario de la proclamación de la Segunda República española, dado que no son pocos los ayuntamientos gobernados por partidos de izquierda que optan por mostrar la bandera tricolor, que fue oficial del Estado durante ese periodo.
En Gandia, sin embargo, hace años que no se producen roces políticos por según qué cosa, con su correspondiente mensaje, se cuelga en el balcón que se abre hacia la plaza Major. Y el motivo es un acuerdo no escrito, que perfectamente se podría bautizar como «el pacto del balcón», para que todo aquello que se muestre desde ese lugar privilegiado de la ciudad esté avalado por la totalidad de las formaciones políticas representadas en el consistorio.
El socialista Adrián Vila, uno de los colaboradores del alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, explicó ayer a este periódico que él mismo se encarga de llevar a cabo esa función en aras de la concordia. Cuando alguien solicita exhibir su protesta, su reivindicación o su mensaje de solidaridad colocando la correspondiente pancarta, Vila levanta y el teléfono y, además de con el alcalde, habla con todos los portavoces.
Solo un sí expreso de Vicent Mascarell (PSPV-PSOE), Víctor Soler (PP), Josep Alandete (Compromís-Més Gandia Unida) y Pascal Renolt (antes Ciudadanos, ahora en el Grupo Mixto), da paso a la colocación de la tela que cuelga en el balcón consistorial, justo al lado de la ventana central donde ondean las cuatro banderas oficiales.
Se han evitado polémicas
«Incluso se les envía previamente una imagen de la pancarta, para que la vean», indica Vila, quien confirma que, desde que en la pasada legislatura se aplicó este «pacto del balcón», se han evitado todo tipo de polémicas. «Comprendo perfectamente que no se pueda colocar nada sin el acuerdo de todas las fuerzas políticas», añade el asesor socialista, quien incluso confiesa que los portavoces agradecen ese gesto, algo que, ayer mismo, confirmaron, en conversación con este periódico, Víctor Soler y Pascal Renolt.
Cierto es que desde hace años nadie intenta «colar» mensajes sectarios o partidistas para difundirlos desde esa especie de «balcón del pueblo». Porque, como se puede comprobar perfectamente, en ese punto se expresan sentimientos compartidos por todos o, al menos, por la inmensa mayoría de los ciudadanos.
Ahora mismo, consecuencia del último «pacto del balcón», una pancarta traslada desde allí la fuerza de la ciudad a los atletas paralímpicos que guardan relación con Gandia y que están compitiendo en Tokyo.
La reivindicación de la igualdad entre hombres y mujeres, la de las personas LGTBI, la repulsa a toda acción de violencia y al terrorismo o la cercanía con colectivos sociales vulnerables son los mensajes más habituales, como también lo son el anuncio de celebraciones como la Fira o la Semana Santa.
