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Villalonga y l’Orxa, a un paso de salvar los azudes del Serpis

Los dos ayuntamientos se comprometen a gestionar los antiguos diques y también las centrales desmanteladas

La reunión mantenida con el presidente de la diputación. | LEVANTE-EMV

Los ayuntamientos de Villalonga y l’Orxa, respectivamente en las comarcas de la Safor y el Comtat, están a un solo paso de conseguir que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) anule la petición de demoler los históricos azudes del río Serpis que derivaban parte del caudal a las minicentrales hidroeléctricas, que aquí se denominaron «fàbriques de llum», construidos entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Los alcaldes de ambos municipios, Román Garrigós y Pau Pinar, han realizado todo un periplo por los despachos de la CHJ y las diputaciones de València y Alicante, y también han abierto negociación con la empresa vasca Barbo Renovables, para conseguir la gestión directa de esas antiguas infraestructuras situadas en el curso medio del río Serpis.

La CHJ quiere retirar los azudes para «renaturalizar» el río y por eso ha ordenado a Barbo Renovables, concesionaria de las minicentrales eléctricas, que los elimine. Los ayuntamientos, en cambio, quieren que los azudes se mantengan porque son patrimonio histórico y se consideran elementos atractivos en la vía verde del Serpis que la Generalitat está impulsando.

Así que el plan consiste en asumir la concesión que ahora tiene Barbo Renovables, a un precio simbólico según señala Román Garrigós, y construir pequeñas escaleras de remonte en cada uno de los azudes para que la fauna fluvial pueda superar esas barreras.

Para asumir esa gestión y realizar las obras necesarias, Villalonga y l’Orxa piden ayuda a las diputaciones implicadas. La idea es salvar los azudes de l’Infern, Morú y de l’Esclapissada, así como los edificios que albergaron las «fàbriques de la llum».

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