El Ayuntamiento de Potries y el Arzobispado de València han ofrecido una interesante muestra de cómo se puede colaborar, también en lo económico, para que la Administración invierta en la mejora y el mantenimiento de bienes eclesiásticos, pero también con la implicación de la propietaria, en este caso la Iglesia. Y, además, que eso acabe contribuyendo en una mejora urbana deseada desde hace años por el consistorio.
El acuerdo alcanzado tiempo atrás entre la institución municipal y los responsables del arzobispado se resume de la siguiente forma. El ayuntamiento ha puesto 50.000 euros de fondos propios para financiar las obras en la cúpula, una actuación considerada necesaria porque sufría grietas y filtraciones de agua. Para compensar de alguna manera esa inversión de dinero público, el arzobispado ha cedido al consistorio un solar cerrado y degradado que está situado junto a la misma iglesia y el antiguo lavadero, de manera que, y ahí está el tercer beneficio, ahora se actuará para crear una plaza pública, con elementos para el disfrute de los ciudadanos, entre las calles Boamit y Abadia Vella, en pleno casco antiguo de esta pequeña localidad.
Assumpta Domínguez, alcaldesa de Potries, señaló ayer a este periódico que el pésimo estado de la cúpula de Sant Blai preocupaba a todos los vecinos, de manera que se optó por iniciar una negociación para que la Administración pudiese actuar. Ahí se encontró con la colaboración de la parroquia que, trasladando la propuesta al arzobispado, finalmente aceptó esa especie de permuta, que ha sido posible porque, por una parte, la Iglesia no tiene planes ni presentes ni futuros para construir en ese lugar y, por otra, al ayuntamiento le interesaba regenerar la zona y convertirla en un espacio público, agradable y de socialización vecinal. Esa actuación, que costaría 254.000 euros, podría financiarse a través del Pla Conviure de la Generalitat, destinado a la renovación urbana.
Además, la alcaldesa Domínguez destaca que el proyecto que el ayuntamiento impulsará ahora permitirá dejar exento todo el edificio de la iglesia y que incluye la iluminación de los muros, de manera que ensalzarán la figura de un monumento que es Bien de Relevancia Local (BRL) y que, como en el resto de los municipios, es uno de los más antiguos y reseñables de la localidad.
Las obras de restauración de la cúpula ya han empezado, si bien en las últimas jornadas se han tenido que paralizar debido a la intensa lluvia. «Suerte que ya se había logrado impermeabilizarla», señala satisfecha la primera autoridad local, quien añade que el trabajo concluirá en unos dos meses. En estos momentos la parroquia y el ayuntamiento estudian el tono del color añil que tendrán las tejas de ese elemento, obviamente muy vistoso desde el exterior. Cuando acabe la obra también se percibirá más luz en el interior del templo porque las ventanas de la linterna, el elemento que corona la cúpula, han permanecido cegadas durante muchos años para evitar la entrada de agua o de animales.
