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Una playa de dos plantas en Tavernes

Los y las bañistas tienen que crear sus propias rampas y ante los edificios cada vez queda menos arena

El enorme escalón quese ha formado en laplaya de Tavernes, ha dejado tuberías al aire. T.Á.C

Maria José Llopis, vecina de Castelló de la Ribera y que veranea en Tavernes de la Valldigna desde hace 22 años, se echa las manos a la cabeza desde la escalera que da acceso a uno de los tramos de playa que hay en el final de la avenida de la Marina, cerca de la zona del Luna Park. «¡Uy! ¡Yo esto no lo había visto en la vida!», dice a su amiga, que es quien la ha llevado hasta allí para que observe el enorme escalón que se ha formado en la arena en ese punto. «Yo normalmente voy a otro tramo y desde allí se veía un escalón de unos 30 centímetros pero en cuestión de dos o tres días ha crecido muchísimo y por eso quería venir a verlo», apuntaba ayer a preguntas de Levante-EMV.

Una mujer pasea por debajo del escalón y, a la derecha, un hombre hace una rampa para bajar.

Es, sin exagerar, más de metro y medio de desnivel lo que la regresión que sufre el litoral vallero ha provocado en ese punto y que ha hecho se formen dos plantas de arenal, una arriba, donde, en el poco espacio que queda de arena, se instalan las sombrillas, y otro abajo, en la orilla, que es donde rompen las olas y por donde se pasea o juegan los niños y las niñas y desde donde se accede al mar.

Una playa de dos plantas en Tavernes

Esta situación afecta a unos 300 metros en línea de litoral y, aunque pueda parecer una anécdota, es un auténtico problema: en primer lugar por la dificultad con la que se encuentran los bañistas para acceder al agua, especialmente los y las más mayores, que son, en su mayoría, quienes habitan esos edificios, los más antiguos de la playa. Pero también porque cada vez queda menos arena frente a las fincas de primera línea y eso es muy serio, ya que corre el riesgo de que los cimientos se queden al aire. La acción del mar tragándose la arena, además, ha dejado al descubierto tuberías y otros servicios que normalmente se encuentran soterrados.

Arianna, veraneante que proviene de Guadassuar, explica que «no podemos acceder al mar y es muy difícil subir y bajar». La mujer señala que, además, en el poco espacio de arena «solo se puede poner una fila de sombrillas, no queda sitio para una segunda».

Los y las bañistas crean sus propias rampas para ceder al agua, para lo que utilizan lo que tengan más a mano. Un vecino de Madrid usaba su silla para ir formando el caminito para bajar el escalón y, bromeando, indica que «esto parecen los fiordos noruegos».

Rosa Barber, vecina de Algemesí, indica que «la playa está muy mal». En su caso, ha situado la sombrilla en el nivel bajo. «Ahora vienen mis nietos y ellos quieren jugar en la orilla, si me pongo arriba no puedo bajar». La mujer indica que «al principio del verano no estaba así y que ha ido poco a poco haciéndose este gran escalón». Salvador Ortí, que lleva 25 años veraneando en Tavernes, indica que «esto se produce desde el temporal Gloria» y considera que «esta playa no está bien protegida».

Desde el ayuntamiento señalan que, en estos momentos, llevar a cabo una gran actuación en ese punto con maquinaria pesada «solo provocará que el mar se trague la arena aún más rápido», indicaba el concejal de Urbanismo, Josep Llàcer. Lo que está claro es que Costas ahora mismo no va a hacer nada, por lo que es muy probable que los vecinos de esa zona acaben así, o incluso peor, el verano.

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