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De santuario de la anguila a coto de protección

La Conselleria de Medio Ambiente crea espacios de reserva de la especie y aporta alevines desde Tuéjar para evitar que desaparezca

Una de las áreas en las que se ha prohibido la pesca de anguila en el marjal de Pego-Oliva. | MIQUEL FONT

El marjal de Pego-Oliva, un espacio que hasta no hace muchos años era fuente proveedora de anguilas, una especie muy apreciada en la gastronomía local y comarcal, ha pasado a ser un humedal destinado a la recuperación de esta especie que, por distintos motivos, ha sido declarada en riesgo de extinción.

Prueba de ello es que la dirección del Parque Natural del Marjal de Pego-Oliva ha sustituido en distintos puntos los carteles de «Coto de Pesca» por otros en los que figura en la inscripción «Zona de Reserva de la Anguila», alertando de las restricciones a posibles pescadores y al resto de visitantes.

La Conselleria de Medio Ambiente ha apostado para que el humedal, uno de los más importantes del litoral mediterráneo, se convierta en un espacio de protección de esta especie piscícola, entre otros motivos porque aquí el agua que surge de las montañas tiene una excelente calidad.

La dirección del parque ha informado que en total se han instalado diez señales de información general a lo largo de los ríos Salinar, Bullent y Racons, así como en parajes tan relevantes como la Bassa de Sineu o el Regalatxo.

En medio del debate sobre las acciones a adoptar para evitar que la población de anguila siga disminuyendo la Generalitat ha tomado decisiones que afectan al Marjal de Pego-Oliva. La primera es la prohibición de la pesca en la zona de máxima protección del paraje, pero también se han llevado a cabo mejoras ambientales para facilitar la llegada y reproducción de esta especie. Paralelamente, y debido a la escasez de ejemplares detectada por los técnicos ambientales, se han tenido que realizar aportes de alevines para que crezcan y se reproduzcan en este lugar que, antaño, rebosaba de anguilas. No eran pocos los pescadores que en apenas unas horas llenaban sus cestas para consumo propio o para vender el producto en restaurantes o mercados.

Según señala la Conselleria de Medio Ambiente, las anguilas liberadas a lo largo del pasado año 2021 en este humedal provenían de la piscifactoría de Tuéjar, en la comarca de los Serranos, situada junto al río Turia. En el periodo de ese año se produjeron cinco sueltas que permitieron liberar en el marjal de Pego-Oliva 14.100 anguilas con un peso aproximado de 265 kilos.

Acción ambiental y didáctica

Siempre que se puede, las sueltas de anguilas de hacen coincidir con la presencia en el parque de alumnos de distintos centros educativos, de manera que, además de la repercusión ambiental, también se busca difundir entre la ciudadanía la necesidad de colaborar para preservar los espacios ambientales y la fauna y flora existente.

La pesca de la anguila es una actividad con larga tradición en la Comunitat Valenciana, y prueba evidente es que existen normas reguladoras para su captura desde el siglo XVIII con el fin de controlar las condiciones de este aprovechamiento en función de las circunstancias en cada momento y en cada entorno natural.

Es justamente ahora cuando rigen las normas más restrictivas, habida cuenta que nunca antes se había registrado un riesgo tan evidente para la desaparición de la anguila. Las barreras insalvables que se han generado en los ríos, la degradación y contaminación de las aguas, la sobreexplotación o los métodos modernos que facilitan su pesca masiva están entre las causas del retroceso de la anguila, hasta el punto de llegar a la confiscación de alevines de anguila europea en los aeropuertos a cargo de personas que pretenden llevarlos a otros países para su cría masiva y posterior comercialización.

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