Hace más de un año que el representante de una empresa promotora extranjera sorprendió anunciando que iba a construir el que hubiera si el mayor centro geriátrico de la Comunitat Valenciana. Baste decir que la inversión rondaba los 176 millones de euros y que entre edificios y espacios libres y ajardinados abarcaba un área de 227.553 metros cuadrados. Varios representantes municipales ya expresaron en aquel momento a este periódico que la idea, aun siendo interesante, tenía aspectos que ha convertían en poco creíble, entre otras cuestiones porque se acusaba a algunos ayuntamientos de no colaborar con esa actuación.
Gandia y Guardamar de la Safor fueron las dos primeras localidades sondeadas, pero finamente el promotor apostó por Piles al advertir la existencia de mucho suelo agrícola en la partida de la Terra Nova, en las inmediaciones de la antigua discoteca Pampol’s.
Como en su día señalaron a este periódico los promotores, todo estaba a punto para iniciar la compra de los terrenos, que se ha ido posponiendo hasta disponer, al menos, de una garantía «verbal» de parte de responsables de la Generalitat de que el complejo se podía construir. Pero pasado todo este tiempo, tanto en Gandia como en Piles las esperanzas se han ido esfumando y a día de hoy ni se ha adquirido la enorme cantidad de suelo necesario ni consta en la Conselleria de Política Territorial o en el Ayuntamiento de Piles ningún expediente abierto para tramitar ese proyecto.
La esperanza ha esfumado incluso entre los propietarios de huertos con los que representantes de la promotora se reunieron, a quienes les expresaron que, si todo iba bien, antes del verano ya comenzarían a formalizar las escrituras de compraventa y que, como el propio expediente del proyecto, nunca ha llegado.
Como señalaron en su día responsables de los gobiernos locales de Gandia y de Piles, de haber considerado que esa propuesta iba en serio y que había una empresa dispuesta a invertir tal cantidad de dinero, ellos habrían sido los primeros en moverse para que pudiera convertirse en realidad.
Todos los municipios de la Safor, y en general de cualquier otra comarca, se han mostrado encantados en acoger inversiones dirigidas a las infraestructuras que pueden proporcionar la mejor atención posible a las personas mayores, un «mercado», porque eso también es un negocio, que se estima que irá a más en las próximas décadas, dado que la población envejece y el curso de la sociedad requiere de centros y profesionales de ese sector.
Expertos en política urbanística señalan a este periódico que el procedimiento para autorizar la construcción en suelo no urbanizable de un complejo de esa magnitud no solo es compleja, sino que se prolonga por mucho tiempo, y añaden que lo normal en estos casos es solicitar formalmente al ayuntamiento implicado y a la Generalitat si existe la posibilidad de reclasificar el terreno. En Piles, como también ocurrió en el suelo de Gandia alrededor de la Torre dels Pares, nadie ha planteado esa reclasificación ni se ha adquirido el terreno.
