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Tavernes desbloquea una rotonda que llevaba tres años paralizada por apenas 43 metros

La zona donde se construirá la rotonda de Tavernes, con la nave afectada al fondo T.Á.C.

Tavernes de la Valldigna ya puede seguir, por fin, con la tramitación para acabar con un punto peligroso de la carretera que atraviesa el municipio. Se trata del cruce entre la calle Portalet y el polígono el Pla, entre los cuales cruza la CV-50. Es, en concreto, el acceso a la localidad desde el oeste, es decir, desde Alzira, muy próximo al lugar en el que se encuentran las antiguas naves de la empresa Federaico Giner, ahora cerradas.

En ese punto, los camiones que salen del polígono industrial para incorporarse a la carretera. Lo pueden hacer en dircción a València, para lo cual acceden al carril derecho simplemente, o bien hacia Alzira, que es cuando se puede producir una situación de peligro, ya que están obligados a invadir los dos carriles, entorpeciendo el paso a los vehículos que circulan por la travesía. El segundo objetivo de este proyecto es frenar la velocidad a la que tanto los coches y las motos llegan a la localidad, no conscientes, en ocasiones, de que ya están en zona urbana. La rotonda ambién obliga a pisar el freno y reducir a 30 kilómetros por hora, que es la velocidad máxima permitida en el casco urbano.

Esa obra, que ejecutará la Generalitat a través de la Dirección General de Obras Públicas y Territorio, está bloqueada desde marzo del 2019, hace más de tres años. El motivo es que, para poder ejecutar los trabajos, el proyecto incluye la la adquisición, por medio de una permuta, de parte de la parcela donde se encuentra una nave industrial que lleva años cerrada. La nave se encuentra en la calle Portalet, en el margen derecho de la carretera y ocupa un espacio necesario para poder realizar el giro de la rotonda.

En el momento en el que se aprobó el proyecto, ese inmueble estaba en manos de un administrador concursal y los constantes intentos por parte del Ayuntamiento de Tavernes para negociar posibles soluciones y poder llevar a cabo los trabajos fueron del todo infructuosas, como ha explicado a Levante-EMV el concejal de Urbanismo, Josep Llàcer.

Sin embargo, hace unos meses la situación dio un giro importante. La empresa Federico Giner, que casualmente ya era la propietaria de este edificio antes de que pasara a manos del administrador concursal, volvió a adquirir la nave y eso ha facilitado mucho los contactos con el ayuntamiento y, por tanto, el acuerdo para poder desbloquear el proyecto. "Desde que volvió a pasar a manos privadas ya teníamos un interlocutor con el que sentarnos a hablar y todo ha sido muy rápido", indicaba Llàcer.

Finalmente, ambas partes han optado por una permuta de una parte de la superficie. Son, en concreto, 42,80 metros cuadrados que pasan a manos del consistorio, quien a su vez desafecta la misma superficie para cederla a la empresa, que ve ampliada su parcela.

El pleno de anoche dio luz verde a este trámite, que supone el último para poder ejecutar ya la obra. Esta rotonda completará el proyecto que ya se inició hace unos años por parte de la Generalitat con la construcción de otra en un punto próximo, el cruce entre Divina Aurora, el acceso al polígono industrial y la CV-50, además de la mejora de la travesía en algunos puntos con la construcción de aceras y reorganización del aparcamiento.

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